Sam Roffe, presidente de una corporación farmacéutica multinacional, muere mientras escalaba una montaña. Primero se determina que fue un accidente, pero el inspector Max Hormung (Gert Fröbe) deduce que Roffe fue asesinado. La hija de Sam, Elizabeth (Audrey Hepburn), asume el control de la empresa y, mientras viaja por Europa, también se convierte inmediatamente en un objetivo. La sospecha recae sobre los primos de Roffe, todos los cuales quieren hacer negocio con la empresa y sacarla a bolsa para poder vender sus acciones con una sustanciosa ganancia. Como esto iría en contra de los deseos de su padre, Elizabeth rechaza sus consejos y decide dejar la compañía dentro de la familia. Mientras el inspector Hormung investiga los antecedentes de los primos, se cometen más atentados contra la vida de Elizabeth. Con la esperanza de revelar quién es el culpable, Hormung consigue conectar estos intentos con una serie de asesinatos de prostitutas, que se registran en películas snuff.
Quizá lo más llamativo de esta película es su cartel, plagado de estrellas de talla internacional, aparte de los ya citados, encontramos nombre como Ben Gazzara, James Mason, Claudia Mori, Irene Papas, Romy Schneider u Omar Sharif, entre otros. Pero no solo son los actores, también encontramos a Ennio Morricone, autor de la banda sonora o Terence Young, realizador del film, muy conocido por haber dirigido las primeras entregas de James Bond (Agente 007 contra el Dr. No, Desde Rusia con amor y Operación Trueno) o filmes como Sola en la oscuridad.
El guión adapta la novela del mismo título del norteamericano Sidney Sheldon.
Pero es justamente ahí, en los nombres, donde se acaban todos los atractivos de la película. Una lástima ver actores y actrices de tanto renombre desaprovechados en una historia típica de "¿Quién es el asesino?", carente de alma, con un soso desarrollo y situaciones que van desde lo previsible hasta lo sonrojante por cómo está planteada y su pobrísimo devenir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario