martes, 4 de mayo de 2021

HISTORIA DE UN IDIOTA CONTADA POR ÉL MISMO

 

Cuenta el protagonista de la novela que toda su vida ha sido un fingidor de la felicidad, desde que siendo niño recibió un bofetón por decir una palabra malsonante y ser consciente de que en este mundo es peligroso mostrarse infeliz. De todo ello se da cuenta cuando se ve en las fotos de infancia siempre con la misma sonrisa bobalicona producto, sin duda, de ese afán de simular felicidad.
Así que decide iniciar una investigación sobre la felicidad, algo que le lleva a constatar la estupidez que domina el mundo en el siglo XX, sobre todo en su segunda mitad, en buena parte debida a esa búsqueda desmedida de ser feliz, que ha rebajado las exigencias morales de los adultos hasta llevarlas a niveles infantiles y de ahí esa especie de analfabetismo de las nuevas generaciones que tienen su cerebro repleto de información mayoritariamente inútil.
El autor reflexiona sobre la búsqueda de esa felicidad en la época en que era un joven universitario que llevaba ineludiblemente a militar en la extrema izquierda, poblada de incautos que creían poder redimir al pueblo de su miseria con sus lecciones
La investigación sobre la felicidad sexual le llegó al protagonista encarnada en la amante lasciva de un tío que lo introdujo en ella como si su cuerpo estuviese ahí para un «trabajo de campo». Reflexiona también sobre la felicidad que el mundo de la milicia busca proporcionar mediante la sublimación del amor a la patria, cuando no es sino un mundo ficticio que los militares buscan en beneficio propio, para seguir manteniendo la ficción de que son unos guerreros, cuando jamás llegarán a serlo realmente. 
En definitiva, con un sutil sentido del humor, agudeza y con cierta insolencia, Félix de Azúa va dando vueltas a una serie de mitos que nos han ido inoculando en la cabeza para que creamos que realmente somos felices, cuando de lo que se trata es de tenernos atados corto para que el orden establecido siga tal cual. Al final se convierte en una especie de antítesis de esa soberbia que tenemos en la juventud que nos lleva a pensar que podemos cambiar el mundo.



6 comentarios:

  1. Recuerdo que leí el libro en una tarde, aunque (quizá por ello) apenas recuerdo nada de su contenido. En todo caso, queda fuera de toda duda la lucidez de su autor, eminente novelista, poeta y colaborador en prensa.

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    1. Sí, da gusto leer algo bien escrito, aunque con el tiempo no lo recuerdes, como te ha ocurrido a ti. Bueno, tampoco es que la novela sea un hito en la literatura, así que no me extraña que tu memoria la haya aparcado.

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  2. La desmedida búsqueda de la felicidad lleva a menor esfuerzo y sacrificio, con lo cual toda la sociedad se va al carajo sin remedio.

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  3. Félix de Azúa es un escritor que nos deja cosas muy interesantes, incluso su obra poética. En esta novela derrocha ingenio para reírse de los que no se preocupan nada más que de encontrar la felicidad personal

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