lunes, 11 de enero de 2021

LA CALLE DE LA VERGÜENZA

 


Cinco prostitutas trabajan en "El País de los sueños", un burdel situado en el distrito Yoshiwara de Tokio. Mientras el parlamento considera la prohibición de la prostitución, se desarrollan los dramas diarios de las mujeres. Cada una tiene sueños y motivaciones. Hanae (Michiyo Kogure) está casada con un marido desempleado y enfermo, tienen un niño pequeño. Yumeko (Aiko Mimasu) es viuda, utiliza sus ganancias para criar y mantener a su hijo, que ahora tiene edad suficiente para trabajar y cuidar de ella. La veterana Yorie (Hiroko Machida) tiene un hombre que quiere casarse con ella, aunque él tiene algunos planes para ella que resultarán traumáticos. Yasumi (Ayako Wakao) ahorra dinero de forma diligente para pagar su deuda y escapar de ese ambiente, también tiene un pretendiente que quiere casarse con ella. Mickey (Machiko Kyô) ha huído de su casa descontenta con la actitud de su padre, un respetado hombre de negocios de la localidad de Kobe, hasta que éste la visita para traerle noticias de su familia y pedirle que vuelva a casa.


El guión se basa en una novela de la autora japonesa Yoshiko Shibaki.


Japonesa y en blanco y negro... bufff, menudo tostonazo, dirá más de uno. En fin, la mayoría de los que esto podéis leer habréis tenido que oír más de una vez que sois unos frikis perdidos por ver pelis de estas de vez en cuando. Ellos se lo pierden y se pierden también que tenga que venir un tipo llamado Kenji Mizoguchi (un grande del cine, aunque a muchos ni les suene), que murió poco después de rodarla, para hablarnos de un tema que no ha perdido vigencia, el de la prostitución, con el telón de fondo del Japón de la posguerra, una sociedad en plena trasformación que representan las cinco mujeres que viven y se ganan la vida malamente en el burdel. Historias sencillas y cercanas de gente que va sacando un pie para meter otro y cuyo futuro, en muchos casos, es llegar a mañana como puedan. Un relato cargado de humanidad, sueños y decepciones, rodada con pausa y con un cuidado meticuloso en cada plano. Un film magnífico.




4 comentarios:

  1. Mizoguchi era un asiduo de los locales de geishas, por eso retrata tan bien estos ambientes en tantas de sus películas. Por otra parte, el cineasta fallecería de leucemia apenas cinco meses después del estreno de "La calle de la vergüenza" (1958).

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    1. Mizoguchi sabe reflejar, con su recurrente ambientación en el mundo de la prostitución, los problemas de la sociedad japonesa de su tiempo y, por extensión, volverlos universales.

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  2. Director imprescindible.

    En realidad, Japón dio varios directores imprescindibles, al menos para mi: Akira Kurosawa, Mikio Naruse, Yasujiro Ozu y Mizoguchi. Y más, y más.

    Saludos,
    Marcos M.

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    1. Eso seguro. Yo siempre digo lo mismo: En Japón hay cine más allá de Kurosawa, pero mucho más, auténticas obras maestras.

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