A pesar de tener tan solo 9 años, Bernadette Klaaß (Helena Zengel) resulta un verdadero peligro y de donde quiera que esté, la niña es expulsada de inmediato, se ha convertido en lo que los servicios de protección infantil llaman una "system crasher" ("destructora del sistema").
Ella no colabora a la hora de intentar cambiar su comportamiento, porque su único objetivo es volver a casa con su mamá. Pero Bianca (Lisa Hagmeister) tiene miedo de su propia hija.
La señora Bafané (Gabriela Maria Schmeide), de los servicios de protección infantil, está haciendo todo lo posible por encontrar un hogar permanente para Benni y contrata un educador, especialista en controlar la ira llamado Michael Heller (Albrecht Schuch), que actúa como una especie de acompañante escolar de la niña y, de repente, parece que brota una semilla de esperanza y parece atisbarse que Micha podría tener éxito donde todos los demás fracasaron y fueron víctimas de la desesperación.
La película es una historia de fracasos.
El fracaso vital de una niña que no encuentra su sitio en una sociedad por la que se siente acorralada; el fracaso de los servicios sociales que, poniendo de su parte profesionalidad y buena voluntad, no hallan la manera de encontrar cómo encajarla en el conjunto social; el fracaso de una madre inestable que deja a su hija en manos del estado porque no se siente capaz de educarla y, en definitiva, el fracaso de una sociedad que se ve desbordada por estos seres incomprendidos y problemáticos.
El film tiene una banda sonora que ayuda a trasmitir su mensaje. La película nos acerca los miedos y traumas de la niña por medio de flashes encadenados en los que predomina el tono rosa. También vemos secuencias de los sueños que tiene en los que queda reflejado todo el ansia de amor y protección que lleva dentro, solo equiparable a la ira que encierra en si contra una sociedad en la que no encuentra sitio.
En la película no hay héroes ni villanos. Los trabajadores sociales son personas muy entregadas, pero que hacen su trabajo hasta donde pueden y algunas veces fracasan, de manera que no hay lecciones morales, ni se nos presenta una historia melodramática, sino un relato duro, angustioso y, en ocasiones, violento, al fin y al cabo, pura realidad, sin retoques que lo suavicen o que lleven a un final de esperanza, más bien todo lo contrario.
Excepcional la interpretación de Helena Zengel, en la que desde el primer momento vemos a Beni olvidándonos de que es una niña interpretando un papel.
Que tal Trecce!
ResponderEliminarSupongo que dependiendo de nuestro estado de animo solemos elegir que pelicula ver, a mi al menos me pasa. De un tiempo a esta parte ando con algún tema personal complicado, creo que voy a dejarla en "pendiente". En todo caso siempre se agradecen tus reseñas.
Saludos y buen finde!
Mejor no buscarse más problemas de los que uno ya tiene.
EliminarQue se solucione todo bien.
Saludos.