Durante el invierno de 1968, treinta años después del estreno de El mago de Oz, la leyenda Judy Garland (Renée Zellweger) llega a Londres para dar una serie de conciertos en el club nocturno Talk of the Town, contratada por el empresario londinense Bernard Delfont (Sir Michael Gambon). Las entradas se agotan en cuestión de días a pesar de que la artistas ha visto su voz y su fuerza mermadas.
Mientras Judy se prepara para subir al escenario, regresan los fantasmas que la atormentaron durante su juventud en Hollywood. A sus 47 años, la cantante se enfrenta a las inseguridades que la acompañaron desde su debut, pero esta vez vislumbra una meta segura: regresar a casa con su familia para encontrar el equilibrio.
El guión se basa en el drama musical End of the Rainbow (Al final del arco iris), sobre los últimos meses de la vida de Judy Garland, estrenado en 2005 en la Ópera de Sydney.
La versión española se estrenó en el Teatro Marqina de Madrid en enero de 2011, protagonizada por Natalia Dicenta.
Una de las críticas que se la hace a la película es que no profundiza en otros aspectos de la vida de la protagonista, para centrarse únicamente en el último año de su vida, pero eso es una opción de los creadores, es como si se hiciera un film sobre el paso del Rubicón y se dijera que la vida de César da para mucho más. Pues claro que da para mucho, pero hay quien ha tomado la opción de acotar una parte de esa vida y esa opción debe respetarse.
El pasado de Garland, lo que la ha llevado a ser como es en esa última etapa, se nos muestra a través de unos breves, pero certeros flashback, en que la vemos con Louis B. Mayer (Richard Cordery), que parece un lobo con piel de cordero, ya que después de presentarle el mundo que le ofrece, plagado de oropeles, fama y éxito, la advierte, siendo una niña como es, que no tolerará que ninguna de las películas que él produce, sufra retrasos por culpa de ella y que se atenga a las consecuencias.
También se ha hablado de la sobreactuación de la protagonista. Pienso (no lo se seguro), que Renée Zellweger estudió el personaje y todos los tics y gestos que hace, deben ser porque Judy los hacía en esa época, y lo que hace no es sino meterse en la piel del personaje e imitar sus expresiones, por más que nos parezcan exageradas, pensemos que Garland se hallaba en un estado bastante deteriorado, con problemas para dormir desde hacía muchos años y tomando pastillas. Por otra parte, la multioperada Zellweger, que por cierto, canta ella misma las canciones de la película, se llevó todos los grandes premios por su interpretación, empezando por el Oscar a Mejor Actriz Protagonista, así que tan mal no lo debió hacer.
De cualquier modo, la película nos acerca a un personaje en pleno descenso a los infiernos, los últimos meses de un juguete roto, un ser que se ha vuelto patético y que tiene un montón de carencias, sobre todo afectivas, después de haber estado en lo más alto del Olimpo.
A mí la película me ha gustado, aunque pienso que habrá gente a la que le resulte decepcionante porque vaya buscando otra cosa y un perfil más amplio del personaje.
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