El ex convicto Neil McCauley (Robert De Niro), un astuto criminal marcado por su pasado en la cárcel, dirige una banda de ladrones profesionales que se dedican a cometer robos a gran escala. Su filosofía consiste en vivir sin ataduras ni vínculos que puedan constituir un obstáculo si las cosas se complican. Neil y su banda operan en el área de Los Ángeles y efectúan atracos millonarios principalmente a bancos, cámaras acorazadas y vehículos blindados que transportan dinero y valores. McCauley planea un último golpe millonario para retirarse de la vida criminal.
Tras un error en su último atraco, en el que mueren los tripulantes de un furgón blindado, Neil y su banda están en el objetivo del teniente Vincent Hanna (Al Pacino) de la división de Robos y Homicidios de la Policía de Los Ángeles, que ha sido encargado del caso. Hanna, ex marine, es un policía experimentado, tan obsesionado por su trabajo que incluso llega a poner en peligro su vida sentimental y que con anterioridad ha desmantelado peligrosas bandas del crimen organizado en ciudades como Nueva York y Chicago. Pero McCauley y su banda nunca dejan pistas tras de sí, e incluso parecen esfumarse tras cometer sus golpes. Hanna pone a trabajar a su red de informadores, que le ponen tras la pista de McCauley, detallándole la vida de cada uno de los miembros del equipo, incluidas sus mujeres, sus amantes, sus traiciones y sus venganzas.
Ahora Hanna se interpone en el camino de Neil y su último atraco. Hanna y Neil se encuentran en los lados opuestos de la ley, descubren que el uno desafía al otro, y que ambos representan el mayor peligro al que se hayan enfrentado jamás.
Promocionada en su momento como el desafío interpretativo entre dos de las máximas figuras del cine de Hollywood, sin embargo, apenas comparten tres secuencias en pantalla, si bien es cierto que dos de ellas, la final y el encuentro en la cafetería, resultado esta de la inmediatamente anterior, son emblemáticas del film.
De toda la película, lo más llamativo visualmente y por su planificación, es el tiroteo en las calles de Los Ángeles, para muchos la escena más conseguida de este tipo de acciones en un film, perfectamente planificada, muy difícil y arriesgada y muy bien filmada.
Quizá haya a quien se le hagan largas las casi tres horas de proyección, pero creo que Michael Mann, guionista y realizador del film, emplea muy bien este tiempo de más para dar chance al resto del elenco, poblado de actores de carácter de gran nivel y muy conocidos para el espectador aficionado al cine que reconocerá caras de grandes secundarios del cine reciente.
Es evidente que la presencia de Pacino y De Niro, casi justifica por si misma el interés de la película que, sin embargo, es algo más que ellos dos, con una historia que resulta atractiva y una gran calidad técnica.
Que tal Trecce!
ResponderEliminarCierto, mucho se promociono por el hecho de ver juntos a Pacino y De Niro, esa escena de la cafeteria me gusta. Tenia mucho tiron Michael Mann, dejo buenos titulos, la de Collateral sobre todo. Ese momento del tiroteo es como bien apuntas un buen ejemplo de como rodar una escena de acción. Luego ese reparto, muy acertado.
Saludos!
Yo creo que es una buena película.
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