lunes, 28 de octubre de 2019

EN CARNE VIVA

Frannie Avery (Meg Ryan), profesora de escritura creativa, vive sola en Nueva York. Inteligente y reservada, ha conseguido mantenerse al margen de los aspectos más ásperos de la ciudad, dedicándose a investigar sobre el lenguaje de la calle y la novela policíaca.
Pero todo esto cambia una noche, cuando Frannie sorprende sin querer un momento de intimidad entre un hombre y una mujer, cuando están practicando una felación en el baño del bar en el que ha concertado una cita con uno de sus estudiantes, Cornelius Webb (Sharieff Pugh), un joven de color que le trae nuevas palabras de argot. La carga erótica de la situación la paraliza de golpe, y aunque no llega a ver el rostro del hombre, no olvidará el tatuaje de su muñeca ni el descaro de su mirada. Al poco tiempo, Frannie se entera, por boca de un policía que insiste en interrogarla, de un oscuro crimen cometido cerca de su apartamento. El detective Malloy (Mark Ruffalo), un hombre seductor y que a Frannie le resulta extrañamente familiar, cree que ella puede saber algo. Malloy desconcierta a Frannie desde el primer momento, y aunque ella intenta mantener las distancias, lo cierto es que se siente atraída por él.
Frannie encuentra a su antiguo novio en su cama cuando llega a casa, y regresa al apartamento de su hermanastra y al tiempo amiga, donde encuentra la puerta abierta y el cuerpo desmembrado de Pauline (Jennifer Jason Leigh).
Ahora tiene más miedo que nunca de Malloy, pues empieza a darle vueltas a la posibilidad de que el policía sea el asesino al haber reconocido en su cuerpo el tatuaje que vio en el sótano del bar.


El guión adapta la novela de gran éxito In the Cut de Susan Moore, también coguionista del film. La novela está ambientada en Manhattan, y, en ella, una profesora de lingüística que colecciona palabras de slang (lo que aquí llamamos jerga callejera), se enamora de un policía que podría ser un asesino en serie.
La película tiene pasajes de gran belleza formal, comenzando por las secuencias que acompañan a los títulos de crédito y esa poética y hermosa lluvia de pétalos a los acordes de la mítica «Que Será, será (Whatever Will Be, Will Be)», interpretada por Pink Martini. Con una fotografía que raya a gran altura, consigue transmitirnos una imagen poco acogedora, incluso peligrosa de la ciudad a base de escenas nocturnas y de entornos sucios y tenebrosos, con una luz muy particular y atractiva. Incluso las propias casas en que viven los protagonistas o la comisaría de policía, dan una sensación de descuido, casi de suciedad, que contribuyen al desasosiego que se pretende crear en el espectador.


En cuanto a la trama en sí, hay dos historias que corren paralelas, por un lado los asesinatos, las sospechas de Frannie respecto a Malloy, la sensación constante de peligro oculto y, por otro, la historia de la protagonista, una mujer que ha sabido construír un escudo que la protege de los peligros del entorno y que en cuanto lo abandona, se ve metida de cabeza en un mundo turbio, amenazante que le produce miedo, pero del que no sabe salir porque también le proporciona sensación de aventura y, sobre todo, ejerce sobre ella una atracción morbosa.
La parte que podríamos llamar de thriller o policiaca, creo que está poco conseguida, incluso en algunos momentos es hasta prescindible, se convierte en una especie de macguffin bastante pobre, incluso con defectos en su construcción.
La otra parte, la que se dedica a profundizar en la psicología de la protagonista, es lo más interesante del film, empezando por la buena actuación de Meg Ryan, que cambió el registro cómico que había presidido sus actuaciones hasta el momento, para demostrar que sabe hacer más cosas y las hace bien. Es el retrato de una mujer aparentemente fuerte e independiente, pero que bajo una superficie de persona segura de sí misma, esconde un ser frágil y acosado por la soledad que ve una ventana de escape en un hombre que la ofrece una aventura morbosa que por una parte la revitaliza y, por otra, la somete a una situación de pánico de la que no sabe escapar sin perder la ocasión de probar algo diferente.
Los dos componentes del film están más hilvanados y al final te queda la sensación de haber visto un film que no sabes si calificar de raro o de diferente en el que estás esperando algo que nunca llega suceder.




4 comentarios:

  1. Es una película que he visto pero he olvidado. Me gusta que Meg Ryan haya hecho algo diferente a las comedias románticas.
    Saludos.

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  2. I love Mark❤❤😍😍😍

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  3. Me parece que hubiese sido mucho mejor que el asesino fuera el personaje de Kevin Bacon, a pesar de que puede considerarse el más obvio para ello debido a su personalidad tan obsesiva y peligrosa. Pues siento que le aportaría más sentido a la trama, hay coincidencias en lo que dice y lo que hace (él está estudiando medicina y las muertes de las chicas degolladas coinciden en cortes limpios y peculiaridades que un médico sabría muy bien, por ejemplo).. porque el hecho de que el asesino resultara a última hora el amigo de Malloy, no sé, creo que hizo que la película perdiera consistencia.

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