El señor Beaumont (Jack Harvey) ha de ser hospitalizado tras sufrir un grave ataque mientra regaba las plantas de su jardín. Su hijo, Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan) regresa de la universidad a su idílica ciudad natal de Lamberton con el fin de ponerse al frente de la ferretería familiar. Un día, cuando vuelve del hospital de visitar a su padre, encuentra una oreja humana entre la hierba y los desperdicios de un prado cercano a su casa.
Jeffrey se dirige a la comisaría de policía para hablar con su vecino, el detective John Williams (George Dickerson) que, tras una investigación preliminar, le aconseja que no hable con nadie del asunto mientras profundizan en la investigación y le comunica que no le puede revelar nada de lo que sabe la policía, algo de lo que se entera por lo que le cuenta la hija del detective, Sandy (Laura Dern), tras haber escuchado conversaciones privadas de su padre. Algo que tiene que ver con una cantante de club llamada Dorothy Vallens (Isabella Rossellini), que vive en un antiguo edificio de apartamentos cerca de la casa de los Beaumont.
Así que Jeffrey, con la ayuda de Sandy Williams, decide averiguar algo más sobre esa mujer irrumpiendo en su apartamento mientras sabe que está trabajando.
Jeffrey se verá inmerso en un mundo desconocido para él, un mundo que realmente no entiende pero que le atrae a pesar de los peligros de hallarse asociado a un posible asesinato. Se encuentra dividido entre el atractivo de ese mundo y la perspectiva de una relación con Sally, ya que ambos están enamorados, a pesar de que ella mantiene una relación con Mike (Ken Stovitz), la estrella del equipo de fútbol de la escuela.
Desde "obra maestra" a "tomadura de pelo", de todo he leído a la hora de referirse a este film. Yo creo que calificarla de obra maestra es rebajar el listón a la hora de asignar este calificativo y lo de tomadura de pelo, solo entiendo que lo diga alguien que se haya fiado de lo anterior y espere ver realmente una obra maestra, para encontrarse con un film que tiene algunas carencias dentro de su buen tono general.
Aparte de eso, están los que lo quieren todo frito y migado, cuando lo que hace el realizador con algunas historias paralelas, es dejar algo a la inteligencia que se presupone del espectador medio tras haberle dado pistas suficientes para que extraiga conclusiones.
Casi lo mejor de la película es la escena de apertura que reúne en unos pocos planos sin palabras y con el fondo musical de "Blue velvet", la canción que popularizó en su día Bobby Vinton, los dos mundos antagónicos pero que conviven y que son el asunto central sobre el que reflexiona el film. El mundo alegre, colorista, pacífico, sencillo y agradable de la ciudad con sus amables vecinos, su transcurrir plácido que vemos en el camión de bomberos con uno de ellos agitando la mano en señal de saludo o los jardines que son antesala de las casas del típico barrio residencial y, por contra, el mundo de insectos que se esconde bajo el césped, o la basura y las malas hierbas del prado cercano a la casa de los Beaumont en el que Jeffrey encuentra la oreja.
Los dos mundos que representan también las dos mujeres, la sordidez del ambiente en que se desenvuelve la vida de la cantante y el mundo color pastel en el que vive Sandy.
Jeffrey es un buen chico, un chico formal, pero ese ambiente raro, misterioso y peligroso, tira de él como un imán y se vera atrapado en medio de perversiones, sexo morboso y violencia salvaje.
La intriga no es poderosa y hay altibajos en la tensión y el suspense, sin embargo, es cierto que estamos ante una película bastante conseguida y entretenida de visionar.
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