El agente del MI6 John Strangways (Tim Moxon) es asesinado en Jamaica por tres asesinos conocidos como "los tres ratones ciegos", después es asesinada su secretaria. Los asesinos roban dos carpetas con documentos.
En Londres, en el cuartel general del MI6 se esperaba la transmisión de costumbre de Strangways pero al no contestar éste, M (Bernard Lee) ordena alertar a su mejor agente: James Bond (Sean Connery), que, tras llegar al despacho de M, será puesto al corriente de la situación y de algunos detalles de la misión que se le encomienda.
Al día siguiente, llegará a Kingston, la capital de Jamaica, donde contacta de una manera un tanto peculiar con Félix Leiter (Jack Lord), agente de la C.I.A., ya que los americanos han solicitado ayuda de las autoridades británicas porque sospechan que alguien está tratando de desviar sus satélites dirigidos. Leiter trabajaba con Strangways y sospecha que su muerte está relacionada con este asunto.
Mientras, Bond, comienza a investigar a quienes estuvieron en las últimas horas con su compatriota desaparecido. Contacta con Quarrel (John Kitzmiller), un pescador de la zona amigo de Strangways que desconoce los motivos de su desaparición y con el profesor Dent (Anthony Dawson), un geólogo también conocido de Strangways, para preguntarle sobre las muestras de roca que Strangways sacó junto con Quarrel, pero Dent argumenta que solo son rocas comunes y corrientes y que no tienen valor alguno. Sin embargo, Bond descubre rastros radiactivos en la barca en que se transportaron las muestras y sabe que Dent oculta algo.
Todos los indicios le conducen a la cercana isla de Crab key, propiedad de un chino multimillonario, el Dr. Julius No (Joseph Wiseman).
Supongo que pocos podían imaginar en aquel lejano 1962, que estábamos ante el nacimiento de una de las sagas más exitosas y longevas de la historia del cine, únicamente comparable a las franquicias de Star Wards o Harry Potter, por ejemplo.
La película, basada en la novela Ian Fleming "Dr. No", publicada en 1958, es quizá la más fiel al espíritu del personaje creado por el autor británico, en ella la solución de los problemas y situaciones peligrosas en que se ve inmerso el protagonista, halla solución más en su inteligencia, astucia y capacidades físicas que en el empleo de artilugios como ocurre en las siguientes.
El film ya tiene todos los ingredientes que caracterizan al agente con licencia para matar y que son parte de su éxito: Persecuciones en automóvil, peligros aparentemente imposibles de esquivar, un villano malvado e inteligente, entornos glamourosos, chicas bellas y sofisticadas, sexo sin amor, un toque de humor, muertes, alguna frase brillante que caracteriza al personaje (mi nombre es Bond, James Bond; Martini seco, mezclado, no agitado...) y, sobre todo, mucha acción.
La película se apoya en una buena banda sonora, con fragmentos de calypso, rock y composiciones melódicas e incluye el conocido y reconocible tema que cualquiera identifica al escucharlo con James Bond. Títulos de crédito muy pop art, obra de Maurice Binger que, en mi opinión no ha superado ninguna de las posteriores entregas, incluyendo el inmortal encuadre a través del cañón de la pistola.
Una película que creó escuela, de cuyo personaje se continúan haciendo producciones en la actualidad y que supuso un camino a seguir dentro del género.
Sin duda todo un éxito, y no solo la saga en si sino sus imitadores y sobre todo una de las mejores parodias de la historia de la televisión http://tigrero-literario.blogspot.com/2018/03/la-parodia-de-la-guerra-fria-super.html
ResponderEliminarY todavía sigue proporcionando nuevas producciones.
EliminarLos nombres de los personajes son de lo más curioso.
ResponderEliminarUn tanto irónicos algunos de ellos.
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