Es el verano de 1983 en un lugar cualquiera del norte de Italia y Elio Perlman (Timothée Chamalet), un precoz muchacho ítalo-estadounidense de 17 años, pasa los días en la villa familiar del siglo XVII transcribiendo y tocando música clásica, leyendo y flirteando con su amiga Marzia (Esther Garrel).
Elio tiene una estrecha relación con su padre (Michael Stuhlbarg), un ilustre profesor especializado en cultura grecorromana, y con su madre Annella (Amira Casar), una traductora, y entre ambos le han dotado de una amplia cultura en un entorno que rebosa de encantos naturales. Aunque la sofisticación y formación intelectual de Elio podrían sugerir que es un adulto hecho y derecho, todavía tiene cierta inocencia y asuntos en los que apenas tiene experiencia o conocimiento, especialmente en los del corazón.
Un día, Oliver (Armie Hammer), un cautivador investigador americano que trabaja en su doctorado, llega para ayudar al padre de Elio como becario durante el verano.
Oliver es encantador y, como Elio, tiene raíces judías; también es joven, seguro de sí mismo y atractivo. Al principio Elio se muestra algo frío y distante hacia el joven, pero pronto ambos empiezan a salir juntos de excursión y, conforme el verano avanza, la atracción mutua de la pareja se hace más intensa.
En medio del soleado esplendor de este marco, Elio y Oliver descubrirán la embriagadora belleza del despertar sexual a lo largo de un verano que cambiará sus vidas para siempre.
La película está basada en la aclamada primera novela de André Aciman, publicada en 2007.
Las escenas de sexo más explícito que se encuentran tanto en el libro, como en el guión de James Ivory, fueron eliminadas, Luca Guadagnino quería más sugerir que mostrar, siempre ha manifestado que el sexo puede ser muy aburrido para ver en pantalla.
La banda sonora incluye canciones de John Adams (secuencia de títulos y descubrimiento de la estatua, creadas ex profeso para el film), así como piezas de Ryuichi Sakamoto, Satie, Ravel y el "Capriccio Sopre la Lontananza de il Fratro Dilettissimo" de Bach, que Timothée Chamalet toca en directo en guitarra y piano. Como la película está ambientada en los 80, Guadagnino eligió muchas canciones pop italianas de la radio de ese periodo (como "Lay Lady Lay" de Giorgio Moroder), pero particularmente el himno "Love My Way" de The Psychedelic Furs, la mítica banda británica de post-punk.
La película es básicamente un relato sobre el amor de verano de una persona que se despide de su juventud y otra que apenas entra a formar parte de ese periodo de la vida. La originalidad de un asunto nada novedoso, está en que se trata de un romance homosexual y que la elegancia y la elipsis dominan la historia, alejándose del morbo y apostando por la naturalidad y la sencillez, sin buscar motivos de provocación o escándalo para determinados sectores.
Por lo demás, el mundo en que se desenvuelven los protagonistas, es un tanto ideal, un entorno de cierta sofisticación, sin problemas económicos, sociales o de trato con sus mayores por parte del protagonista, lo que libera de problemática añadida a las no siempre bien comprendidas relaciones entre personas del mismo sexo, aunque bien es cierto que reflexiona sobre la liberalidad y comprensión de los padres.
Muchas imágenes bellas que sacan provecho del esplendoroso entorno natural, aunque no aporten demasiado a la narración, pero sí contribuyen a crear un determinado clima y, desde luego, desde el punto de vista técnico y artístico, están muy conseguidas.
Lo mejor, el final, con el monólogo del padre de Oliver y esa escena del protagonista ante la chimenea como fondo de los títulos de crédito, auténticas joyas, en un caso sobre lo que deberían ser los comportamientos de quienes nos rodean sobre nuestras conductas sexuales y, en otro, por el ejercicio interpretativo que aporta Timothée Chamalet, soportando un largo primer plano lleno de ternura y expresividad.
Bueno, al menos hay una película de italoamericanos sin que ande la Mafia de por medio.
ResponderEliminarEso es cierto, ni se la menciona.
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