Lo que sobrevive del Imperio Romano es en gran parte las palabras y las vidas de los ricos y poderosos: emperadores, filósofos, senadores. Sin embargo, el fulgor y la decadencia a menudo asociados con la élite romana se sustentaba en las tribulaciones diarias de los ciudadanos comunes. Aquí, el eminente historiador Robert Knapp trae a esos habitantes invisibles de Roma y su vasto imperio a la luz.
Robert Knapp, doctor en Historia Antigua y reputado divulgador, bucea en los usos y costumbres de los protagonistas invisibles de Roma y su imperio desde la época de Augusto, a principios del primer milenio, hasta la llegada al poder de Constantino tres siglos después. Les da voz a través de los vestigios que aún se preservan.
Busca a los hombres ordinarios que trabajan, a las amas de casa, a las prostitutas, a los libertos, a los esclavos, a los soldados, y a los gladiadores, que formaron la columna vertebral del mundo romano antiguo, y a los proscritos y los piratas que estaban más allá o simplemente al margen. Encuentra sus rastros en los rincones de las historias, tratados, obras de teatro y poesía creados por la élite. La gente cotidiana cobra vida a través de fuentes originales tan variadas como graffiti, encantamientos, textos mágicos, proverbios, fábulas, escritos astrológicos, e incluso el Nuevo Testamento.
Knapp ofrece una visión de un mundo muy alejado del nuestro, pero que resuena a través de la historia, y que nos permite ver cómo aquellas gentes buscaban a diario sobrevivir y prosperar bajo las aflicciones de la enfermedad, la guerra y la violencia, y controlar sus destinos ante poderes que los oprimían y los ignoraban.
Es cierto que el trabajo que aborda el profesor Knapp es arduo y muy complicado por la escasez de fuentes, insistimos en que estamos hablando de gente que apenas aparece en ellas y por eso, antes de nada quiero dejar patente el reconocimiento al esfuerzo realizado y a la valentía de abordar tarea tan ingrata. Dicho lo cual, advierto que hay partes del libro un tanto didácticas, lo que no es un defecto en sí, pero que puede resultar aburrido a quien vaya buscando una lectura más ágil.
Por otro lado, supongo que por esa escasez de fuentes que le obligan a sacar casi de donde no existe, hay muchas cosas que me han parecido un tanto forzadas, al dejar la selección casi restringida a inscripciones y deducciones a partir de historias y textos que tratan de otras cosas.
El resultado, en general, no resulta demasiado atractivo para el gran público y pienso que a los especialistas nada nuevo les descubre, al final, los temas en los que está estructurado el libro, terminan por ser una lista de hechos o supuestos que parecen casuales y le queda a uno la sensación de haber leído una serie de anécdotas inconexas, de generalizaciones propuestas por el autor, a veces no demasiado realistas, basadas en algunos relatos que el autor repite en varias partes del libro.
En fin, quizá estas opiniones sean debidas a que el libro no me ha llegado a atrapar en ningún momento.
Los libros y novelas que tienen su trama en la vida cotidiana de Roma o de los egipcios faraónicos, nunca me han gustado porque son pura inventiva de autores aburridos. Nada se sabe de sus costumbres fuera de los textos de cada época.
ResponderEliminarMe fío muchísimo más de lo que cuenta HOMERO a pesar de sus "odiseas" fanstáticas porque se ha descubierto hace poco que muchos de los territorios e islas que describe son reales.
De Roma son fiables los datos de Tito Libio, Polibio, Estrabón o Petronio.
Lo que ocurre es que esos autores que citas, como casi todo, hace referencia a las élites y apenas se encuentran rastros de cuál era el día a día de los ciudadanos de a pie.
EliminarYo creo que se ha escrito tanto sobre Roma y los romanos, que ya no sabe uno, que sería lo más cercano a la realidad. Yo hasta leía hace tiempo atrás de que eso que los emperadores en los circos romanos, ponían el dedo pulga hacia arriba, o hacia abajo, es hasta falso.
EliminarSalud Trecce
Lo que si podemos adivinar es la de los humildes sería una vida bastante dura.
EliminarQué buen libro compañero. A mi si qué me gustó y me interesó mucho.
ResponderEliminarQuizá había depositado demasiadas expectativas en él. No respondió a lo que esperaba.
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