Mr. Pyke, agente de Scotland Yard, ha viajado a París para conocer los famosos métodos del Inspector Maigret. Lo ha hecho correspondiendo a una invitación que el Prefecto de la policía parisiense ha hecho al Lord Alcalde de Londres. Mr. Pyke sigue a Maigret por todas partes, siempre discretísimo y manteniéndose a distancia, pero Maigret se encuentra incómodo, además nada interesante ocurre, hasta que se recibe una llamada teléfonica desde la isla mediterránea de Porquerolles. Maigret es informado del asesinato de un tal Marcellin y sus jefes le envían allí para que investigue el asesinato, ya que el difunto, un rufián de poca monta, el día de su muerte, dijo ser "amigo" del Comisario. Maigret recuerda que años atrás envió a Marcellin a presidio, al tiempo que se apiadaba de su compañera Ginette, enviándola a un sanatorio para que la trataran de la tuberculosis que padecía. La población cosmopolita de la isla poco a poco va revelando sus secretos al ojo atento de Maigret y Mr. Pyke.
El paisaje de la isla y sus descripciones tienen una parte importante en la novela, al modo de las de Conrad, los habitantes de Porquerolles viven en una especie de indolencia por mor de su clima paradisiaco que sólo se altera cuando sopla el Mistral.
Buena parte de la novela se desarrolla en el hotel L'Arche de Noé, donde se hospeda Maigret. El nombre no es gratuito, por allí desfila la variada "fauna" de habitantes de la isla.
Es uno de los mejores libros de la serie, contado de forma lineal y con el recurso del inspector Pyke, que el autor utiliza para que Maigret se pregunte a sí mismo por sus métodos.
Es el trigésimo primer libro de la serie.
Tal vez la lea, aunque sólo sea por saber cómo se siente un cliente que se aloja en un hotel con tal nombre. Hasta ahora sólo lo había visto en una residencia canina.
ResponderEliminarMuy agudo.
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