Paco Bodegas (Ovidi Montllor), llega a Barcelona tras pasar unos años en París. El viaje se debe a que los productores de una película en la que trabaja como guionista, le han encargado que gestione unos permisos de rodaje en España, un asunto en el que le ayudará Salvador Vilella (Xavier Elorriaga), un arribista que ha logrado acomodo entre la burguesía pudiente de la ciudad y que está casado con Nuria Claramunt (Christa Leem), prima de Paco y con la que este comienza a rememorar algunas partes de la historia de su pasado que tienen que ver con la hermana de Nuria, Montse Claramunt (Ana Belén), una asistente social (hoy se llamaría trabajadora social) que ayuda en una parroquia barcelonesa y que un día acude a la Cárcel Modelo, para entrevistarse con Manolo (Gabriel Renom), un preso que cumple condena por delitos comunes y del que Montse acaba enamorada.
La diferencia de clases y el estatus de Manolo como delincuente, hace que los cimientos de la familia Claramunt se tambaleen. El padre no acepta bajo ningún concepto la situación, dispuesto a desheredar a Montse y a expulsarla de la familia y la madre, que también está contrariada por la situación, la ve a escondidas, pero tampoco acepta las pretensiones de Montse que está decidida a seguir su vida con Manolo.
El film adapta la novela del mismo título de Juan Marsé.
Como buena parte de la obra de Marsé, la crítica a la burguesía acomodada barcelonesa, la defensa de su mundo para que nadie de fuera entre en él y menos si proviene de una clase considerada inferior, bien por motivos económicos o culturales.
La película retrata el mundo de la familia Claramunt, sobre todo de lo que podríamos llamar su sector femenino que trata de congraciarse con el mundo por medio de sus obras de caridad, como siempre se ha hecho en las familias tradicionales: echar una manita a los pobres, pero sin ensuciarse y guardando las distancias.
Bajo la pátina de acatar las normas, un universo de hipocresía del que forman parte las infidelidades a la pareja.
El catalán Jordi Cadena dirige esta adaptación con la que no se mostró muy conforme el autor del libro, pero que recoge bastante bien el desarrollo de la novela, con diálogos de cierta profundidad que, en ocasiones restan dinamismo a la película.
Una pena también que el film acabara dando tanto protagonismo a los desnudos de las actrices, de los que no nos vamos a escandalizar a estas alturas, pero que están rodados sin sutileza y sin atisbo de elegancia y dan a la película un toque ramplón.
No la he visto Trecce, pero joder, como te la has apañado, o como te lo montas para ver tanto cine.
ResponderEliminarUn abrazo.
Entre otras cosas, no viendo la tele.
EliminarEs una crítica muy sutil a la burguesía catalana. Se nota, eso sí, que habían desaparecido las rigideces de la censura de la época franquista hasta en el lenguaje.
ResponderEliminarLa adaptación, tampoco es gran cosa.
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