Incluso desde antes de firmar el armisticio alemán, ya se habían desatado campañas para ver quién había sido más decisivo a la hora de lograr la rendición nazi. En occidente se minimizaba el sacrificio soviético y se empezaba a dejar hablar libremente del pacto germano-soviético para reducir en lo posible las simpatías hacía el régimen de Stalin.
Los rusos, por su parte, silenciaron que Stalin estuvo a punto de solicitar conversaciones de paz durante la invasión alemana y sólo al ver el tremendo sacrificio de su pueblo, empujado por un exaltado anhelo nacionalista, dispuesto a morir antes que entregar su patria al invasor germano, le hizo desistir de aquella idea, de hecho, el cabrito (perdónenme quienes se sientan ofendidos, pero no tiene otro nombre), permitió reabrir iglesias y restableció el culto ortodoxo mientras le convino. Además nunca reconocieron lo enormemente importante y, posiblemente definitorio, que fue el programa Lend-Lease americano, tanto para combatir la invasión nazi como para la posterior ofensiva.
Reconociendo que la victoria fue de los aliados y que de no haber sido así, el mundo no sería hoy tal como lo conocemos, no deja de haber quienes han apuntado unas cuantas paradojas que llevan a la conclusión de que la victoria militar, no reportó los beneficios de otro tipo que pudieran esperarse.
Gran Bretaña, tras la caída de Singapur, nunca volvió ser quien era, perdió su imperio y su papel de líder mundial; Estados Unidos se encontró con que había cambiado un enemigo europeo por otro tan peligroso e impenetrable como era Hitler. A la Unión Soviética, el coste de mantener su condición de superpotencia, adquirida en 1945, le costó el colapso del régimen.
Por contra, los tres países del Eje —Alemania, Italia y Japón— no volvieron a ser potencias militares, pero conocieron la prosperidad económica. Alemania y Japón llegarían a ser superpotencias del mercado mundial y sus ciudadanos mucho más ricos que los británicos, cuyo esfuerzo bélico estuvo a punto de arruinar su economía, que en 1939 era de las más ricas del mundo. Es evidente que los Aliados obtuvieron la victoria, pero esta no fue más allá del plano estrictamente militar.
Muy bueno el planteamiento y las consecuencias de esa PAZ con la derrota de Adolf.
ResponderEliminarLas economias de Alemania y japón han marcado el rumbo tras los años 1955 de casi toda la zona occidental.
Y a los RUSKY se les atragantaron todas la engullidas de países que realizaron tras 1945, hasta el punto de colapsar su sistema comunista.
Y como consecuencia de todo aquello también perdieron Gran Bretaña y Francia todas su colonias en Africa, así como los ingleses su imperio en Asia.
La Primera Gran Guerra supuso los cambios sociales en los CUATRO GIGANTES : Rusia, Gran Bretaña, Francia y Austria-Alemania, imperios cada uno de ellos, que dejaron de estar gobernados por una clase exclusivamente ARISTOCRÁTICA.
En efecto, creo que la victoria militar, si a alguien favoreció por encima de los demás, fue a los norteamericanos.
EliminarVisto como se está tratando aquí el resultado de la Guerra Civil, no me extrañaría que al final se decida que la ganó Alemania.
ResponderEliminarSiempre se ha dicho de nuestra Guerra Civil, que Franco ganó la batalla de las armas y perdió la de la cultura y el reconocimiento internacional.
EliminarEn las guerras, pierden todos los países que intervienen en ellas, hasta los que resultan finalmente vencedores. Y la II Guerra mundial, no fue una excepción. Claro que el final, los que salieron mejor parados, fueron los norteamericanos, Si nos atenemos exclusivamente a la vida de ciudadanos, los norteamericanos llenaron también muchos cementerios
ResponderEliminarTienes toda la razón, aunque somos tan brutos, que seguimos enfrentándonos unos a otros.
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