Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
Versos de sobra conocidos, pero no así su autor, ya que muchos atribuyen estas estrofas al dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht, yo los he llegado a ver reproducidos en publicaciones de prestigio que así lo aseguran.
Sin embargo, el verdadero autor fue un clérigo alemán, Martin Niemöller, que durante la Primera Guerra Mundial había sido oficial de marina, sirviendo a bordo de un submarino.
Acabada la contienda y tras permanecer durante un tiempo al mando de un batallón en la región del Ruhr, estudió teología en Münster.
Las posiciones hostiles hacia las iglesias de socialdemócratas y comunistas, le hicieron ponerse frente a estos y a favor del nazismo, hasta que se dio cuenta de lo que Hitler pretendía y en 1933, reaccionó contra dichas ideas, fundando junto a Dietrich Bonhoeffer el movimiento de la Iglesia Confesional (Bekennende Kirche), un grupo protestante que se opuso tajantemente a la nazificación de las iglesias alemanas.
El 1 de julio de 1937, fue arrestado, acusado de actividades contra el estado y hasta el 2 de marzo de 1938, no fue juzgado y condenado a 8 meses de cárcel. Como el tiempo que había estado en prisión, superaba la condena, fue puesto en libertad en el mismo acto del juicio, pero nada más abandonar el tribunal, fue arrestado de nuevo por la Gestapo de Heinrich Himmler, se supone que, posiblemente, Rudolf Hess encontró la sentencia demasiado benigna y decidió actuar sin piedad contra él. Fue internado en los campos de concentración de Sachsenhausen y de Dachau desde 1938 hasta 1945.
Cuando la guerra terminó se convirtió en pacifista inquieto y dio conferencias por Estados Unidos, llegando a ser, en 1961, presidente del Consejo Mundial de Iglesias.
El poema, en realidad no es tal, sino que forma parte de un sermón que su autor tituló, ¿Qué hubiera dicho Jesucristo?, pronunciado por Niemöller en la Semana Santa de 1946 en Kaiserslautern (Renania-Palatinado, Alemania). Desconocemos el orden y las palabras exactas, ya que sufrió numerosas modificaciones cuando Niemöller ya estaba muerto, la versión más difundida se debe a la segunda esposa del autor, Sibylle Sarah Niemöller-von Sell.
Niemöller también tuvo problemas con el gobierno estadounidense, cuando declaró que el bombardeo nuclear de Japón convertía a Harry Truman en “el peor asesino del mundo después de Hitler” y cuando, años después, en plena guerra de Vietnam, se reunió en Hanói con Ho Chi Minh.
Niemöller promovió la Declaración de Culpabilidad de Stuttgart, firmada por diversos líderes del protestantismo alemán, en la que se reconocía que las iglesias no habían hecho lo suficiente para combatir el nazismo.
Creo por lo que cuentas que un hombre ejemplar, con muchos cojones y que no se casaba con nadie.
ResponderEliminarAbrazo Trecce.
Siguió los dictados de su conciencia y, como dices, lo hizo con valentía.
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