Transcurridos más de dos años de guerra, el enfrentamiento civil norteamericano, se hallaba estancado, el norte no había logrado ninguna victoria trascendental que obligara a los estados sureños a volver al redil, mientras que estos, a pesar de estar siempre en inferioridad numérica, habían logrado detener todos los intentos de la Unión para ello. El ejército del sur buscaba una gran victoria para lograr negociar una paz ventajosa y conseguir que las potencias europeas les reconocieran como nación soberana. Con ese objetivo, en junio de 1863, el general Lee se puso en movimiento e invadió el norte, superando la capital, Washington, penetró en Pensilvania obligando al ejercito de la Unión a seguirlo y así llevarlo hacia un terreno que ellos considerasen factible para plantear una batalla y ganarla.
Algunos soldados de una brigada rebelde comandada por Henry Heth difundieron el rumor de que habían visto en un anuncio en el periódico local Gettysburg Complier que había llegado un cargamento de botas. Las tropas de Henry Heth habían caminado durante meses prácticamente descalzas y Heth se empeñó en conseguir botas nuevas para sus hombres.
Heth convenció al general Ambrose Hill de que no había enemigos en la ciudad y recibió autorización para ir a por ellas. El primero de julio de 1863, hacia las ocho de la mañana, Heth se topó con una unidad de caballería de la Unión comandada por Buford y comenzaron las hostilidades. Heth, al ver que sus tropas no conseguían doblegar a la caballería de la Unión, pidió ayuda a su superior y cuando más tropas se aproximaron a Gettysburg se encontraron ya con infantería unionista lo que derivó en una batalla en toda regla que iba, poco a poco, absorbiendo a más y más soldados. Al finalizar el día, los confederados tuvieron 25.000 bajas mientras que sus enemigos contabilizaron 18.000; pero estos conservaban el pueblo y las tierras altas y colinas que se desplegaban al sur de este. El caso es que ninguno de los generales al mando de ambos ejércitos habían planeado luchar allí, pero aquel imprevisto enfrentamiento, decidió, en tres días, el destino de la guerra. Fue la batalla más larga y sangrienta, con más de 50.000 muertos. Aunque la guerra duró año y medio más, los sudistas perdieron la iniciativa estratégica y también la guerra. Todo por culpa de unas botas.
Me encanta, estos episodios históricos basados en hechos reales, siempre me han fascinado.
ResponderEliminarSaludos Trecce
La Historia, a veces, es muy entretenida.
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