Eva (María Valverde) y Álex (Dani Rovira), se conocieron en Inglaterra en su época de estudiantes y, tras años de noviazgo, deciden casarse en el pequeño pueblo de la campiña inglesa en el que estaba el colegio al que iban.
Un problema con el vestido de novia de Eva, obliga a que Álex se quede en España, para recogerlo, mientras Eva y Caritina (Gracia Olayo), partirán hacia Gran Betaña para ultimar los preparativos de la fiesta y banquete nupcial.
Una huelga de controladores obliga al cierre del espacio aéreo español, por lo que ni el novio, ni los invitados a la boda, pueden tomar el vuelo en el que iban a viajar a Londres. Ante esta adversidad, Irene (Melody), la hermana de Álex, organiza un viaje en autobús para los invitados, mientras Álex, junto a su padre y el padre de Eva, viajarán en coche hasta Marsella y de allí en avión a Londres, algo que tampoco va a salir bien, pues el vuelo se desvía a Amsterdam por culpa de una nube de ceniza procedente de la erupción de un volcán que impide sobrevolar Inglaterra.
Entre tanto, Eva se va viendo obligada por las circunstancias adversas a ir retrasando la boda un día y otro, al tiempo que trata de resolver una desagradable situación en la que se ha visto involucrada y que pone en peligro, no sólo la celebración de la boda, sino su relación con Álex.
La catalana María Ripoll, lleva a la pantalla este guión de Jorge Lara y Francisco Roncal, que trata de emular algunas conocidas cintas anglosajonas con la boda como fondo y un envoltorio de humor. Parte de la crítica ha visto un intento de aprovechar el tirón de Ocho apellidos vascos, quizá porque se trata de una comedia y porque en el reparto están Dani Rovira y Clara Lago, pero yo no creo que la cosa vaya más allá, en España siempre se han hecho comedias y no hay que buscar cosas que, a mi entender, no existen.
Con un reparto encabezado por el que se postula como nuevo galán cómico del cine español, tal vez lo mejor haya que buscarlo entre los secundarios, no todos, pero algunos me han causado una grata impresión.
La película es bastante desigual, con algún momento puntual en el que parece que a alguien se le encendieron las luces y tuvo un momento de inspiración y otros realmente penosos, incluyendo un final sin chispa, bastante decepcionante y no sólo previsible, sino que sirve de resolución al asunto de una infidelidad que no existió, tratado de forma pacata y trasnochada.
Las tramas paralelas, pues como el resto de la película, con altibajos, unas con golpes divertidos y otras bastante mal trabajadas para el juego que podría haber dado.
Lo mejor de la película, que el ritmo que lleva hace que no se haga larga, cuatro o cinco gags acertados y, como digo, la contribución de algunos de los secundarios (Jordi Sánchez, Anna Gras o Gracia Olayo, por ejemplo), que están bastante bien y que aportan cierto nivel humorístico al film.
Me recuerda un poco, no en las formas, por supuesto, a aquellas películas taquilleras de tiempos pasados, que les venían muy bien a los actores patrios para ganarse el pan, al que también tienen derecho, con un humor no demasiado conseguido, que te hacen pasar el rato y que olvidarás no mucho después de haberla visto.
No la he visto Trecce, pero con que este entretenida creo que vale. Un abrazo y buen fin de semana.
ResponderEliminarLo es, Rafa.
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