Elizabeth Curtis (Deborah Kerr), viaja al continente africano desde Inglaterra acompañada de su hermano Richard (John Goode), con la pretensión de encontrar a su marido que tiempo atrás emprendió una expedición con el objetivo de hallar las míticas minas del Rey Salomón, siguiendo un mapa que le vendió un comerciante asegurándole que era auténtico.
Para poder llevar a cabo su proyecto, la señora Curtis solicita la ayuda de Allan Quatermain (Stewart Granger), un prestigioso guía especializado en llevar hasta los lugares de caza a los europeos que viajan a África para matar animales salvajes.
Quatermain no está por la labor, se encuentra cansado y alega que él no es explorador, sino cazador y que todo aquello le parece una locura, un puro suicidio dados los lugares que han de atravesar, con tribus peligrosas y territorios inexplorados. Sin embargo, Elizabeth, desea por encima de todo que sea él quien les guíe, pues confía en su experiencia y en su aparente honradez, por lo que le ofrece una elevada suma de dinero, ante lo que Quatermain accede, sobre todo pensando en que dejará solucionada la vida de su pequeño hijo que vive en Inglaterra huérfano de madre.
Se inicia entonces un peligroso viaje, en el que no faltarán todo tipo de incomodidades y peligros.
Basada en la novela del mismo título, de Henry Rider Haggard, posiblemente la mejor de las varias adaptaciones hechas para el cine. Su cambio más notorio respecto a la novela es la introducción del personaje de la señora Curtis, indudablemente con el objetivo de tener un personaje femenino que de la réplica al protagonista. Esta variación lleva a aparejada la historia romántica que se nos cuenta, bastante bien conseguida, por cierto, con momentos de tensión sexual contenida desde el inicio.
La novela es un clásico de aventuras y un estupendo argumento para un film, porque no le falta de nada de lo que requiere un buen film de aventuras: exotismo, entorno hostil, peligros desconocidos, parajes de gran belleza...
Creo que el film no aprovecha la parte final de la novela que tiene que ver con el hallazgo de las minas, pero por otro lado, nos ofrece maravillosas panorámicas naturales y conseguidas imágenes de la fauna africana, algunas veces utilizadas por medio de transparencias en la película, es cierto que algunas son muy inocentes, las avestruces, la tortuga, los puercoespines y algún otro animal parecen puestos de adorno, pero hay otras impactantes, como la estampida que es una de las escenas más conseguidas, mediante un hábil montaje que mezcla escenas de estudio y de exterior.
Hay alguna otra cosa que resulta un tanto ingenua, como ver a Stewart Granger perfectamente peinado y atusado en mitad de la selva, o la permanente que luce Deborah Kerr tras cortarse la larga melena, pero en general el film logra sus objetivos de entretener y mostrar paisajes, tipos y animales espectaculares.
Bastante entretenida, aunque sí, para estar en la selva se muestran muy pulcros y cuidan mucho la imagen.
ResponderEliminarQue tengas buen fin de semana Trecce; yo me voy a cuidar los pavos; jajaja ya sabes a currar. Creo que lo de los pavos hasta hay gente que se lo cree.
Alguno no capta tu fina ironía.
EliminarLa película está bien, pero el libro mejor, me gusta bastante el autor en general y el verano pasado lo estuve releyendo
ResponderEliminarA mi me gusta más el libro, también.
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