jueves, 15 de enero de 2015

NARRACIONES INVEROSÍMILES

Ya hemos señalado el interés que Edgar Allan Poe despertaba en el escritor de Guadix, algo que vuelve a quedar patente en algunas de las narraciones contenidas en este libro que ya en su título nos hace recordar al autor de "El Cuervo". Alarcon crea atmósferas que perturban al lector y despiertan sus emociones, utilizando situaciones propias del romanticismo, pero que combina con elementos realistas.
A pesar de lo dicho, hay que tener siempre presente que mientras Poe cree en la independencia del arte, Alarcón lo utiliza como elemento moralizante, teniendo siempre presente el dogma católico.
Los relatos cortos, son sin duda, donde Alarcón alcanza mayor brillantez y este libro viene a ser un buen ejemplo de ello, compuesto por relatos de tipo fantastico, donde realidad y ficción van de la mano, se recopilan en él narraciones escritas por el autor en distintas épocas, desde la primera que sería El amigo de la muerte (1852), acerca de Gil Gil, que pacta con la Muerte, en 1724, para lograr la mano de Elena y ser médico de Felipe V y tras un viaje alucinante por el siglo XXIV, descubre su miseria y cómo Elena lo salvó de la muerte verdadera, hasta Moros y Cristianos, fechada en 1881, sobre el tesoro escondido en un torreón de la villa de Aldeire que va cobrándose la vida de los codiciosos que conocen de su existencia;  pasando por otras como La mujer alta, imagen de la muerte que visita a uno de los personajes o El año en Spitzberg, confesiones de un reo en una isla desierta en latitudes polares, hasta su rescate.



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