Nat (Rose Byrne) y Josh (Rafe Spall) se conocen al final de una fiesta y sienten el típico flechazo, comienzan una relación que, al poco de conocerse, acaba en matrimonio, una unión por la que nadie da un duro dada la distinta manera de ser de ambos.
Josh es un novelista que, aunque ha publicado su primer libro, aún no ha alcanzado el reconocimiento y se encuentra con dificultades para hallar la inspiración de su siguiente novela. Nat es una ambiciosa ejecutiva de una empresa de publicidad, elegante y sofisticada, las dificultades no tardan en llegar cuando comienzan su convivencia. Nat pasa todo el día en el trabajo, enfrascada en sus ocupaciones profesionales, en tanto Josh permanece en casa dando vueltas al argumento de su futuro libro sin que nada positivo llegue a plasmarse.
Como consecuencia de una posible campaña publicitaria de una gran empresa, Nat conoce al dueño de la misma, un atractivo soltero llamado Guy (Simon Baker) (sí, el de El Mentalista) y a instancias de sus compañeras de trabajo comienza a flirtear, cree que de este modo, le será más fácil hacerse con la cuenta publicitaria de la empresa de Guy. Nat le oculta que está casada y Guy se enamora de ella y comienza a cortejarla.
A tal tiempo, Josh sigue en contacto con su antigua novia, Chloe (Anna Faris), ambos se van dando cuenta de siguen sintiendo atracción por el otro.
Los creadores de "Love Actually", "Notting Hill" y "Cuatro bodas y un Funeral", se embarcan en este proyecto que no llega a la altura de las citadas, aunque hay que reconocerles el intento de dar un giro alrededor de los estereotipos del género.
Con unos cuantos gags graciosos, el film no pasa del intento de emular otros títulos que dieron grandes frutos en taquilla. Tras un principio prometedor en el que espectador se frota las manos pensando que va a estar ante otra película de esas que nos arrancan una carcajada tras otra, todo va quedando en un mar de buenas intenciones, situaciones demasiado estereotipadas y un desarrollo previsible, de tal modo que el final lo conocemos apenas han transcurrido unos cuantos fotogramas a pesar de los esfuerzos por encontrar algún giro que despiste al espectador.
La banda sonora es muy entrenida, incluye algunas canciones actuales y el encargado de la misma, el compositor Ilan Eshker, quiso contar en ella con los músicos Ian Matthews y Chris Edwards, del grupo de rock alternativo Kasabian y el guitarrista Tim Wheeler, de Ash.
Si ves el trailer, te reirás, pero poco más vas a encontrar en el film, fuera de dos o tres escenas muy logradas y un final que no está mal. Lo mejor el principio del film y esas pocas escenas intermedias (ya digo, dos o tres), junto con los dos extras que nos regalan en los títulos de crédito finales.
Típica peli americana de lios matrimoniales, por lo que cuentas.En Usa debe de haber mucho aspirante a ser escritor y que nunca consigue escribir un segundo libro, dado que he leído varias novelas de intriga con ese mismo argumento, aunque una es bastante buena : "La verdad sobre el caso Harry Quebert" de Joel Dicker.
ResponderEliminarEsta es británica.
EliminarJoder que coco: ¿De dónde sacas tanta película? Si las has visto todas, serás uno de los tíos del mundo mundial que más películas ha visionado.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Así me pasa que me trago bastante bodrio.
Eliminar