Publicada bajo seudónimo un año antes de la muerte de su autora, la novela es considerada como una de las joyas de la literatura universal.
Ambientada entre paisajes agrestes y de grandes contrastes, como los que habitaban Emily Brontë y su familia, el libro es el relato de las pasiones desatadas entre Catherine Earnshaw y sus dos pretendientes, Heathcliff, que ha crecido con ella como si fuera su hermano y Edgar Linton. Catherine se debate entre el corazón y la razón, dando prioridad a esta última a la hora de decidir, algo que le traerá consecuencias hasta el día de su muerte y que se extenderá más allá incluso, a través de su propia hija.
Personajes sujetos a poderosas e irresistibles pasiones, presos del odio y la venganza, alguno de los cuales, sin embargo, encuentra hueco para la piedad y el amor.
Cumbres Borrascosas (Wuthering Heights) es el nombre de la vieja casa en que habitan los Earnshaw, situada en la granja de su propiedad. La palabra “wuthering“, es un significativo adjetivo provinciano, como dice la propia Emily irónicamente, descriptivo de la atmósfera tumultuosa a la cual su mansión está expuesta en tiempo tormentoso (la explicación que da la autora del título de su obra, Wuthering Heights: "Wuthering" es un expresivo epíteto dialectal del verbo "wuther", que significa rugir o bramar irritadamente).
Emily Brontë nos ofrece espléndidas pinturas de las marismas agrestes y lóbregas que ondulan en torno a Cumbres Borrascosas durante todas las estaciones del año y durante todos los climas. Las describe en invierno, cuando el cielo y las sombrías colinas se confunden en un violento y asfixiante torbellino de viento y nieve; en primavera, cuando cantan las alondras bajo un cielo azul y todos los riachuelos fluyen henchidos y suaves; en verano, cuando las abejas zumban somnolientas sobre los brezos purpúreos; en el frescor del atardecer, cuando, bajo un cielo claro, las pálidas mariposas revolotean entre campanillas azuladas. El paisaje que pinta en esta novela es soberbio, sin rival en la ficción inglesa.
La autora hace que contemplemos, sin evasión posible, algunos de los temas humanos más poderosamente primarios, en continuo conflicto con un pasado tormentoso, selvático y feroz. Y la grandeza con que reviste ese trágico espectáculo fortalece y estimula el espíritu del lector para que se vuelva más libre y comprensivo, más autocrítico y, por lo tanto, más tolerante.
Los personajes de la novela, van desde la maldad perversa, hasta la más absoluta necedad, pero la autora, no los censura por actuar de acuerdo con el destino que la naturaleza les ha dado, aunque tampoco los disculpa; se limita a describirlos con implacable verosimilitud sintiendo por ellos una compasión sin límites.
Pues la compré con ilusión y me resultó un tostón, nada que ver con las deliciosas novelas de Jane Austen.
ResponderEliminarSé de más gente a la que le aburren este tipo de novelas.
EliminarCreo que el estilo y la manera de escribir de la autora, la descripción de los personajes y de los paisajes, son una maravilla. Otra cosa es el asunto del que trata, ahí entran los gustos de cada cual.
De cualquier modo, tras tener conocimiento de la biografía de Jane Austen, no puede uno menos que preguntarse cómo esta mujer pudo escribir una novela tan pasional, el misterio de un alma capaz de encerrar dentro de sí sentimientos tan intensos.
Igual la releo ahora y me gusta porque esas cosas pasan y cuando te esperas algo distinto de una cosa porque has oído hablar mucho y vas con ideas preconcebidas es lo que tiene...
ResponderEliminarSaludos.