Julio II (Rex Harrison), al frente de las tropas papales, acaba de someter a la ciudad de Bolonia que se había levantado contra la autoridad de los Estados Vaticanos.
Al regreso es recibido triunfalmente en Roma, ciudad en la que ha encargado al arquitecto Bramante (Harry Andrews) la construcción de la Basílica de San Pedro sobre la planta de la antigua iglesia constantiniana.
Pero otra idea bulle en la cabeza del inquieto pontífice guerrero, cree que la capilla donde diariamente celebra el oficio divino, construída por su tío y predecesor en el trono de Pedro, Sixto IV y que lleva el nombre de sixtina en su honor, es un edificio demasiado pobre, construído sin talento y desea darle un nuevo aire que le confiera prestancia y distinción. Bramante le propone derribarlo y construír sobre el solar, pero el papa decide encargar a Miguel Ángel Buonarroti (Charlton Heston) que decore el techo. Para ello, propone al genio de Caprese que pinte a los doce apóstoles y otras pinturas adecuadas en la inmmensa y elevada techumbre.
Miguel Ángel se resiste, pues él dice que no es pintor, sino escultor, pero al final, ha de obedecer la orden del pontífice. Una vez iniciados los trabajos, decide destruír todo lo que ha realizado, no le gusta y huye de Roma en busca de inspiración. Cuando regresa, propone a Julio la creación de un gran fresco que tendrá como centro pasajes del Génesis.
El guión está basado en un best seller del mismo título, del escritor Irving Stone. Sin embargo, a diferencia de la novela, que abarca otros aspectos de la vida del artista italiano, el film se centra en el tiempo en que Miguel Ángel estuvo pintando la maravilla de la Capilla Sixtina.
Las imágenes se acompañan de una bella banda sonora que lleva la firma de Alex North, con algunos pasajes de música sacra y muchos otros de sonoras y grandilocuentes (en el mejor de los sentidos) notas.
Una fotografía colorista de John F. DeCuir, con algunas maravillosas imágenes, tanto en las escenas en las que se nos muestra la inspiración de Miguel Ángel, como algunas de las imágenes de exteriores que se benefician del maravilloso paisaje y en las de interior, de los coloristas ropajes de los personajes.
Puesta en escena muy cuidada, con reproducción exquisita de los ropajes de la época y una sensacional reconstrucción de los alrededores de la Basílica de San Pedro y del interior de la Capilla Sixtina a escala real.
Las escenas de exterior, donde se ven planos de batallas y de las canteras de Carrara, están planificadas cual frescos con personajes en movimiento, muy bonitas.
La película no obtuvo gran éxito de taquilla y no es de las que han pasado a la posteridad, pero no se dejen engañar, estamos ante un gran film, sus dos horas de duración no se hacen largas en absoluto, el ritmo del film, apoyado básicamente en las disputas entre los dos personajes centrales, consigue que su discurrir se nos haga ameno.
La película en sí, va precedida de un documental de unos diez minutos, muy interesante, bien realizado y en el que se nos muestran imágenes de buena parte de las esculturas más famosas de Miguel Ángel, algunas de sobra conocidas y otras no tanto y cuyas imágenes sirven de soporte a reflexiones sobre los pensamientos y motivaciones del gran artista.
Magnífica película, en la que su realizador, Carol Reed logra transmitirnos la relación de amor y enfrentamiento que unió de por vida a estos dos personajes. Uno que es reconocido por muchos como el más grande artista de todos los tiempos y otro que ha pasado a la historia por haberle obligado, literalmente, a pintar la sinfonia de color y formas que hoy sigue siendo un referente de la pintura universal.
Harrison y Heston se lucen y es que dan vida a dos personajes grandiosos, de acusada personalidad, y sus interpretaciones consiguen transmitirnos toda la fuerza que se desprende de tamaño enfrentamiento.
No la he visto. Así que aquí va otra al saco...
ResponderEliminarCreo que merece la pena invertir un par de horas en ella.
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