El mariscal Erwin Johannes Rommel (James Mason), uno de los mejores estrategas con los que contó el ejército alemán en la II Gran Guerra, se convirtió, además, en una especie de mito, lo curioso es que lo fue para ambos bandos.
El film se centra en el periodo que transcurre desde la derrota de El Alamein hasta la muerte del protagonista y más que sobre esas capacidades militares de las que hablábamos, se centra en la lucha interna que mantiene Rommel entre su obediencia a los superiores como militar que es, o la búsqueda de otros caminos dada la espiral de desatinos en la que el jefe supremo de las tropas alemanas, es decir, Hitler (Luther Adler) estaba cometiendo, arrastrando a su ejército hacia un sacrificio inútil.
Un grupo de descontentos con la política del gobierno nazi trata de captar a Rommel a través de un conocido suyo, el Dr. Karl Strolin (Cedric Hardwicke). Le invitan a unirse a su causa que no es otra que la de deshacerse de Hitler, pues es el único camino que ven viable, al considerar que nunca dejará el poder para paso a otras personas.
El guión, de Nunnally Johnson, se basa en un libro de gran éxito, escrito por Desmond Young. Este hombre era teniente coronel del ejército que luchaba contra Rommel en el norte de África y fue capturado por las tropas alemanas. En una secuencia del inicio del film, se narra que cuando un grupo de prisioneros del ejército británico eran conducidos por tropas alemanas, se produce un ataque inglés que dispara sobre ellos. Un oficial alemán insta al oficial británico a que vaya a parlamentar para que detengan el fuego, ya que están matando a sus propios compañeros, Desmond se niega, alega que él es prisionero de guerra y no se le puede obligar a pedir a sus camaradadas que detengan el ataque sobre tropas enemigas. Cuando la situación se pone tensa, el oficial alemán es llamado por un superior y cuando regresa le dice al prisionero: El mariscal dice que Vd. tiene razón. En ese momento, Desmond se entera de que ese mariscal es Rommel, será la única vez que le vea en su vida, pero queda tan impresionado por aquel gesto de caballerosidad que, al terminar la contienda, se impone la misión de averiguar todo lo que pueda sobre aquel hombre que, con su gesto, probablemente, le salvó la vida.
La novela en la que se basa el film, que desde aquí recomiendo a los interesados en el tema, recoge información de primera mano, pues su autor se entrevistó con la viuda y el hijo de Rommel, con personas que lucharon a su lado y contra él y consultó numerosos archivos que guardaban documentación sobre el conocido como "Zorro del desierto"
Todo eso lo traslada con maestría Henry Hathaway a la pantalla, para ofrecernos este atípico film en el que algunos críticos han visto muchos trazos de cine negro, más que de cine bélico. Las escenas que vemos de combate, salvo alguna del principio, están tomadas de documentales y la película se centra en el análisis de la persona de Rommel y su enfrentamiento con el alto mando y, más concretamente con Hitler a quien nunca perdonó su negativa a retirar a la tropas del Afrika Korps tras su derrota.
Es cierto que obvia muchos pasajes de la biografía del general alemán, nada se nos cuenta de los antecedentes a la mencionada derrota en África y no se dice que Rommel fue en 1938, comandante del Führerbeglibataillon (la guardia personal de Hitler), pero a este hombre, los aliados ya le habían perdonado todo por haber participado en el atentado contra el Führer de 1944, así que el film se convierte en una especie de elegía sobre el personaje.
A mí me parece una magnífica película, a la que Hathaway dota de un gran ritmo narrativo, yendo al grano pero sin renunciar a la calidad técnica.
Magnífica la actuación de James Mason, al que rodea un grupo de buenos secundarios, con Jessica Tandy como nombre más conocido, interpretando a la Sra. Rommel.
Tan desconocida como entretenida y recomendable.
Creo que coincido contigo, y me parece una gran película. James Manson interpreta un buen papel.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Seguramente de sus mejores interpretaciones.
EliminarHay personajes con entidad propia, es el caso de Rommel. Como siempre, buena explicación de la película.
ResponderEliminarDe lo más relevante es lo cercana, temporalmente, a los hechos que narra.
EliminarReseña super.
ResponderEliminarGracias, amigo. Saludos.
EliminarA Rommel le faltó que Hitler le aconsejara que hiciera como él, que no se metiera en política.
ResponderEliminarEn realidad quien dijo eso de no meterse en política fue Franco (al parecer). Hitler, al contrario que Rommel o el propio Franco, que eran militares, no sólo se metía en política, sino que era un político y de ese mundo procedía, de lo que parece que entendía bastante poco era de estrategia militar, a las pruebas me remito: Perdió la guerra.
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