Antes de entrar en detalles del tema de esta nueva entrega de los Epsisodios Nacionales, quiero mencionar algo que me llamó la atención y es una somera reseña que hace Galdós a algunos de los platos que se podían encontrar en las fondas y restaurantes de la época. Al hablar de Genieys, una fonda que existió en el Madrid del XIX, primero en la calle de la Reina y después en Jacometrezo, dice que fue de las primeras en introducir la cocina francesa, dando a conocer las croquetas, los asados un poquito crudos, las chuletas a la papillote y otras cosillas. O el sustituir la lista verbal, recitada por el mozo, con la lista escrita, que encabezaban los ordubres, estrambótica versión del término hors d'oeuvre.
Los italianos Peroti y Lopresti, introdujeron el precio fijo y el ofrecimiento de un buen número de platos por el módico estipendio de 12 reales.
En La Fonda Española (como se llamaba el establecimiento de Perote y Lopresti, en la calle de la Abada) no faltaban los arroces a la valenciana y milanesa, así como el bacalao en salsa roja; eran maestros en el cordero con guisantes, en el besugo a la madrileña, en la pepitoria, en los macarrones a la italiana, y principalmente en los guisotes de pescado y mariscos al estilo provenzal o genovés. Al mediodía, también servían almuerzos de seis y ocho reales, con huevos fritos y uno o dos platos, y el invariable postre de pasas y almendras con añadidura de un bollito de tahona.
Aparte de estas curiosidades culinarias, decir que el episodio, protagonizado por Santiago Ibero, a quien vemos ascender hasta el grado de coronel, narra acontecimientos de los años 1840 y 1841, con el abandono de España de la Regente María Cristina, al perder los apoyos con los que contaba y el posterior levantamiento, en Vitoria, de Diego de León y Manuel Montes de Oca (que había sido ministro de marina, comercio y gobernación en el gabinete de Pérez Castro).
Espartero y sus partidarios reaccionaron y pusieron precio a la cabeza de Montes de Oca (10.000 duros), algo que surtió efecto, pues los miñones que le escoltaban cuando huía camino de Francia, le traicionaron y le entregaron.
El 21 de octubre de 1841, caía fusilado tras juicio sumarísimo, este hombre que había nacido en Medina Sidonia 36 años antes.
Otra tragedia más de este país que unos y otros han pretendido siempre salvar a su manera y esa manera ha sido no pocas veces fratricida, haciéndonos perder, en más de una ocasión, algunas de las cabezas mejor amuebladas, como si pudiéramos permitirnos el lujo de perderlas.
Los Episodios Nacionales de Galdos centra sus relatos en hechos importantes de nuestra historia. Pero a veces, nos cuenta también cosas que parecen nimiedades, como los que tu cuentas sobre esas primitivas fondas, pero que indiscutiblemente tiene mucha importancia para reflejar exactamente la sociedad de esa época.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Y que con el trascurso del tiempo, van cobrando tanta importancia, porque son como un fresco de la realidad del día a día que él vivió.
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