EL PUENTE SOBRE EL RIO KWAI

Película tan famosa como controvertida.
En primer lugar por los premios más codiciados, los oscars, nada menos que 7 y unas cuantas nominaciones más, mientras películas tan notables como Doce hombres sin piedad o Testigo de cargo, se quedaron con las nominaciones a secas. Y porque prácticamente el único oscar que no se llevó fue al que estaba propuesto el japonés Sessue Hayakawa, que interpreta al coronel Saito.
Para algunos, chauvinista a más no poder, poniendo a los japoneses por los suelos, incapaces de diseñar y construír un puente y de organizar el trabajo de manera eficiente. Para eso están los ingleses, claro, más listos que nadie.
Bueno, es una forma de verlo, pero hay otra. Un coronel pirado, incapaz de interpretar las normas, cuya cabeza sólo da para cumplir las órdenes y no sabe tomar iniciativas. Un coronel japonés que sabe ceder en un momento determinado para que los ingleses le construyan el puente, no sin antes haberles puesto de vuelta y media, llamándoles cobardes por haberse rendido, culpando a unos oficiales que han perdido el honor.
En fin, como se ve, todo es opinable.

La película tiene una música y una fotografía espléndidas y una ambientación muy conseguida, estamos hablando, ni más ni menos que de David Lean y no cabía esperar otra cosa de tal director, sin embargo el guión, para mi gusto, tiene algunas fases que chirrían un tanto.
La peli, desde luego, no es la mejor del director (Doctor Zhivago, Lawrence de Arabia...), se mueve con continuos altibajos, con algunos pasajes alargados en exceso y alguna que otra morcilla metida en el medio de la que se podría prescindir perfectamente, sin que la historia sufriera lo más mínimo, quizá incluso ganaría y por momentos, resulta bastante poco creíble, alcanzando el culmen en un final francamente mejorable.

Las actuaciones, pues lo mismo que el resto. Alec Guinness tiene momentos, algunos a su nivel, me gustó especialmente toda la cena con el coronel Saito y ahí también aprovecho para darle su parte a Sessue Hayakawa, que yo creo que es el que mejor está de todos. William Holden hace lo que puede con un mal papel, metido con calzador, con muchas escenas que sobran o podían haber quedado bastante reducidas. Da toda la impresión de que había que meter a un americano en la película y así quedó.

Apartado curiosidades.
El film difícilmente se habría podido rodar hoy tal como lo hizo Lean, se cargó 1.500 árboles en Ceilán (la actual Sri Lanka) donde se rodó, todo para construír un puente y volarlo después, que digo yo que se lo podían haber dejado; además, para regular el cauce del río, lo represaron; vamos, de esas cosas que en la actualidad ni se les hubiera ocurrido plantear porque se les hubiera echado encima medio mundo.
Los guionistas, Michael Wilson y Carl Foreman, no aparecían en los títulos de crédito de la primera versión, estaban en la lista negra.
El puente no fue volado por ningún comando, sino que fue bombardeado, pero no llegó a caer.
En cuanto a las críticas sobre que se haya alterado la historia de esa manera, hay que recordar que es una historia de ficción basada en un hecho real. ¿Que han cambiado las cosas? Y en tantas películas y novelas se cambian, eso es potestad del creador.
Hay que reconocer que la película se ve como si estuviera rodada en la actualidad, con sus errores y sus aciertos, pero nada achacable al paso del tiempo.
Y sobre todo, la imagen de las tropas desfilando y silvando la Marcha del Coronel Bogey, que pone los pelos de punta y se ha convertido en un clásico de la música del cine.