La sentida y divertida autobiografía de Charlie Chaplin, una de las primeras memorias de celebridades cinematográficas, cuenta la historia de su vida, mostrando todos los encantos, peculiaridades y creencias profundamente arraigadas que lo convirtieron en un personaje entrañable y legendario, el libro, además, muestra su otra cara, su vida familiar, con su esposa Oona, sus hijos y los amigos de los que se rodeó.
Nacido en una familia de teatro, el padre de Chaplin murió a causa de la bebida, mientras que su madre, incapaz de soportar la pobreza, sufría ataques de locura. De esa infancia de extrema pobreza en los barrios marginales del sur de Londres, Chaplin encontró una salida en su temprano debut en el escenario del music hall, seguido de su golpe de suerte en Estados Unidos que le llevó a alcanzar la fama en Hollywood con la fundación de United Artists junto a Mary Pickford, D.W. Griffith y Douglas Fairbanks, la lucha por mantener control artístico sobre su obra, la serie de matrimonios fallidos y su eventual exilio de Hollywood, con esa especie de migración inversa hacia Europa tras los escándalos personales y las investigaciones durante la llamada era McCarthy por sus convicciones consideradas izquierdistas.
Son estos unos pasajes especialmente dolorosos para cualquier admirador de la figura de Chaplin y para los amantes del cine en particular. Resulta sangrante la entrevista a que se ve sometido en su propia casa por miembros del Departamento de Inmigración, tres hombres y una mujer, provistos de una máquina estenográfica y de magnetófonos, con preguntas que serían de risa si no fuera por lo que encierran detrás y por lo que tienen de humillantes. Por ejemplo:
—¿Dice usted que no ha sido nunca comunista?
—Nunca. No he formado parte jamás de una organización política en mi vida.
—Usted pronunció un discurso en el que dijo "camaradas". ¿Qué quería usted dar a entender con eso? —Exactamente eso. Busqué la palabra en el diccionario. Los comunistas no tienen la exclusiva de esa palabra.
El interrogatorio continúa con preguntas por el estilo, cuando, de repente, le preguntan:
—¿Ha cometido usted alguna vez adulterio?
El interrogatorio, según Chaplin, duró tres horas.
Al final, el actor, tuvo que salir de EE.UU. casi de tapadillo en septiembre de 1952, con destino a Europa, mientras el Daily News y los periódicos de la cadena de Hearst, continuaban su campaña de desprestigio, ante la estupefacción de los amigos del cómico que le preguntaban cómo se las había arreglado para suscitar la hostilidad de los americanos. A lo que él respondía: Mi estupendo pecado fue, y sigue siendo, mi carácter inconformista. Aunque no soy comunista, me negué a seguir la corriente y a odiarlos. Esto, naturalmente, ha molestado a muchos.
Un viaje inolvidable con el hombre al que George Bernard Shaw calificó como "el único genio surgido de la industria cinematográfica".
Adoro a Chaplin,he visto toda su obra y he leído mucho, soy muy fan.
ResponderEliminarGracias por el post y feliz día.
Una gran figura más allá del cine.
EliminarMe encanta este libro: habla poco de cine y mucho de sí mismo (y de las personalidades que frecuentó a lo largo de su vida), pero posee el encanto innegable de un artista irrepetible.
ResponderEliminarEs una cara menos conocida de Chaplin.
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