viernes, 16 de febrero de 2024

CHUNGKING EXPRESS

 


Dos historias de amor independientes que se desarrollan en el popular barrio turístico de Tsimhatsui, en Hong Kong. La primera describe el fugaz encuentro entre un joven policía en plena crisis amorosa y una misteriosa mujer fatal traficante de drogas. La segunda se centra en el singular romance entre un solitario y sencillo agente de policía y la joven camarera del humilde bar donde aquél compra comida ocasionalmente. 
El policía 223 (Takeshi Kaneshiro), ha roto con su novia tras cinco años de relación. Compra una lata de piña con fecha de caducidad el 1 de mayo todos los días durante un mes. Al final de ese tiempo, siente que se reunirá con su amor o que éste también habrá expirado para siempre. La segunda mitad del film nos muestra al policía 663 (Tony Leung Chiu-wai) lidiando con la ruptura con su novia, azafata de vuelo. Habla con los objetos de su apartamento, hasta que conoce a una chica nueva en el mostrador del local donde recala algunas veces.


Al ritmo de What a Difference a Day Makes, de Dina Washington; Dreams de The Cranberries o de California Dreamin’ de The Mamas & The Papas, la película nos ofrecerá brillantes metáforas y momentos de una intensidad fílmica abrumadora, en la que el realizador hongkonés juega con los simbolismos, la música y estos personajes excéntricos y magnéticos para invitar a la audiencia a conectar con sus particulares modos de enfrentarse a sus penas mediante imágenes fascinantes y simbólicas —el avión en la pecera, la música a todo volumen, las latas de piña...— y su particular lenguaje que enlaza con lo poético.


Quizá es Faye Wong, y no cualquiera de los otros tres magníficos intérpretes que protagonizan el filme, icónico cada uno a su modo, el rostro del amor y la libertad que defiende el film, porque da sentido a la globalidad, porque encaja con el antes y el después, y sobre todo porque arrebata cada plano sin esfuerzo, con una naturalidad que desarma y obliga a entrar en el juego de Wong Kar-wai sin prestar atención a nada más que a los neones que adornan el cielo, los mercados atestados y a la química electrizante que desprende con solo una mirada.




6 comentarios:

  1. Tanto una como otra pareden interesantes Trecce. Gracias.

    Un abrazo.

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  2. Muy buena reseña para una magnífica e hipnotizadora película de Wong Kar-Wai con la estupenda fotografía de su operador de siempre: Christopher Doyle.

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  3. Veo que últimamente te ha dado fuerte por el cine asiático. Desde luego, hay mucho y muy bueno procedente de aquellas cinematografías.

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