Nana (Anna Karina) es una joven veinteañera que abandona a su marido y a su hijo para intentar iniciar una carrera como actriz en París. Sin dinero, comienza a trabajar en una tienda de discos en la que no gana mucho. Al no poder pagar el alquiler, su casera la echa, por lo que Nana decide ejercer la prostitución.
Aquí tenemos buena parte de la esencia del cine de Jean-Luc Godard.
Bajo la apariencia de un estudio sobre la prostitución (incluso con largas citas sobre la regulación legal de la profesión), que también lo es, ya desde la escena inicial, con el descarado abandono del clásico plano/contraplano, para ver los cogotes de las dos personas que dialogan, cuyos rostros difusos, vemos de forma intermitente en el espejo que tienen ante ellos, somos conscientes de que vamos a ver algo que se sale de la norma.
Godard bucea en el lenguaje y se echa de lleno en el cine de la manera que él lo concibe. El espectador oye cosas que no ve, asiste al deambular de la gente a través de los cristales de un bar o de un escaparate, acompaña a la protagonista al cine a ver La pasión de Juana de Arco y escucha. Escucha los silencios y los diálogos sobre temas variados que abordan los intérpretes o la voz en off que nos transmite mensajes sobre cosas que vemos o que se dan por supuestas.
Me llamó la atención el final, como deliberadamente descuidado, una especie de broma que, posiblemente, conociendo la manera de pensar del realizador francés, encierre algún tipo de significado en su forma entre cutre y burlona.
Estructurado en 12 cuadros, realmente es una forma de dividirlo que no influye en el desarrollo de la narración.
Y a partir de ahí, cada cual verá una película, para algunos intrascendente, perdida en disquisiciones existencialistas, pretenciosa, con encuadres caprichosos y un desfile de primeros planos del rostro de Anna Karina, que parecen un catálogo de fotos para el Vogue.
Otros apreciaran el esfuerzo de su realizador por encontrar nuevos caminos, otro lenguaje, la cuidada elección de los textos de los que se habla en el film las reflexiones sobre determinados estados de ánimo o la forma que tiene de implicar al espectador en la historia.
Es el cine de Godard, amado, alabado y odiado o, al menos incomprendido, a partes iguales.
Para mí, uno de los mejores títulos de su autor.
ResponderEliminarPara quienes aprecian el cine de Godard, lo es.
EliminarLa película que más me gusta de Godard es... ¿qué es VIVRE SA VIE? Es varias cosas en perfecta (y sorprendente) conjugación. Un ejercicio innatamente libre, con una cámara a veces seca y estática (qué gran primer plano sostenido de Nana con lágrimas en el rostro mientras contempla en un cine LA PASIÓN DE JUANA DE ARCO de Dreyer) y otras tan móvil como aquella que seguía las evoluciones de un enamorado Gene Kelly bajo la lluvia (maravilloso momento musical en la sala de billar con Nana bailando).
ResponderEliminarEn el film cohabitan un "documental" de crudo didactismo sobre la prostitución como forma de vida y a la vez el atento estudio de esa Nana (subyugante Anna Karina), una joven que se deja llevar por la vida. La película nos habla de ella, escudriña su rostro y su alma, sus gestos y sus miradas, la sigue por las calles y cafés que frecuenta, de los hombres que conoce, de quienes la utilizan, de los lugares de trabajo; es un retrato en doce cuadros (de ahí su subtítulo: "Film en douze tableaux") de esta muchacha en el que se prescinde de tintes dramáticos, siendo natural -sin eludir la sordidez- su evolución.
Una de esas obras que a partir del día en que la vemos por vez primera, se nos quedan grabadas para siempre y a las que volvemos cada vez que nos dan ocasión porque su libertad no es caprichosa ni fingida y su modernidad permanece por encima de la coyuntura que la propició. VIVRE SA VIE es quizá la película de Godard que gusta incluso a sus detractores y que resultó seminal para los sucesivos trabajos del propio autor.
Estoy, básicamente, de acuerdo.
EliminarHola Trecce!
ResponderEliminarMe ha despertado mucha curiosidad por ver la película después de leer tu interesante critica. Te lo suelo comentar a menudo y disculpa si me repito pero es sorprendente la cantidad de cine que me queda por descubrir.
Saludos!
A mí me ocurre lo mismo.
EliminarYo me he hecho con una libreta para ir apuntando las películas que sugieres, y que tengo que ir dejando, lamentablemente, para más adelante.
ResponderEliminarEl dichoso tiempo.
EliminarEse final tan peculiar al que aludes encierra un pequeño homenaje a su colega François Truffaut cuando, al pasar ante la fachada de un cine, se observa que la película en cartel es "Jules et Jim".
ResponderEliminarHomenajes cinéfilos tiene unos cuantos la película.
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