Carlo Caremoli (Jean-Louis Trintignant) y su pandilla pasan el verano entre bailes, excursiones y juegos en la playa. Gracias a su influyente padre, Carlo se está librando de ser llamado a filas. Precisamente en la playa, conoce a Roberta Parmesan (Eleonora Rossi Drago), una viuda de guerra algo mayor que él con una hija. La madre de Roberta advierte a esta que evite a Carlo, pero ella lo encuentra atento y es amable con su hija. El romance sigue su curso a pesar de que Carlo mantenía una inocente relación con Rossana (Jacqueline Sassard).
La acción transcurre en el verano de 1943, con la guerra a las puertas de los lugares turísticos donde se divierten los jóvenes ajenos al drama. Sin embargo, la película se centra más en la historia romántica entre el joven y la esplendorosa viuda que, por primera vez, siente lo que es el amor tras un matrimonio convencional para complacer las exigencias de sus padres. Contra todas las convenciones morales, el romance seguirá adelante con encuentros casi furtivos de los dos amantes rodados con contención y elegancia y con una escena que vale por toda la película, cuando, en casa de los padres de Carlo, la pandilla de jóvenes va a reunirse por la noche y comienzan a bailar unos con otros, con la luz de la luna entrando por las ventanas e iluminando los rostros de los actores, el primer beso de los amantes y logradísimas composiciones y movimientos de cámara que reúnen en el mismo plano a Roberta, Rossana y Carlo, con miradas cruzadas entre las dos mujeres que expresan, sin palabras, todo lo que ambas sienten, la pasión de una y la tristeza por el amor que acaba de la otra.
Como digo, los jóvenes viven en una especie de burbuja que ellos mismos han creado para escapar del entorno bélico, únicamente tienen noticias de la guerra por algún herido que llega y las noticias que emite la radio, cuyo dial mueven inmeditamente para escuchar música, negándose a conocer lo que realmente ocurre a su alrededor.
En el último tramo, desde que se produce la caída de Mussolini y se da la guerra por perdida, el film toma un rumbo más dramático, como lo hará la relación de la pareja.
A destacar, además del buen pulso de Valerio Zurlini en la realización, la fotografía de Tino Santoni y el acompañamiento musical con una banda sonora a cargo del prolífico Mario Nascimbene.
Hola Trecce!
ResponderEliminarOtro titulo que me acabas de descubrir. Ese poster me recuerda a una película pero no acabo de dar de recordar cual...
Saludos!
La película se ve con interés, creo.
EliminarEs un planteamiento muy típico en el cine italiano: el de la pareja cuya historia de amor se desarrolla bajo un telón de fondo bélico. Ettore Scola hará algo parecido en "Una jornada particular" (1977).
ResponderEliminarEstos amores melodramáticos siempre han dado mucho juego en el cine.
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