BUENA SUERTE LEO GRANDE

 

Nancy Stokes (Emma Thompson), una maestra de escuela jubilada, anhela algo de aventura y sexo. Buen sexo. Su difunto marido le proporcionaba un hogar, una familia y algo parecido a una vida, pero nunca tuvo buen sexo con él. Ahora que hace dos años que falleció, Nancy pone en marcha su plan y contrata a un joven gigoló que responde al exótico nombre de Leo Grande (Daryl McCormack). En una habitación de hotel anónima, Nancy recibe a Leo. Su aspecto es tan atractivo como el de su foto, pero lo que ella no esperaba era una que hubiera conversación. Nancy descubre que le gusta. Y a él le gusta ella.

Retrato y, en cierto modo, reivindicación de toda una generación de mujeres para las que el matrimonio en general y el sexo conyugal en particular, no era sino un puro trámite.

Nancy tampoco es que tenga un interés especial por buscar el placer, simplemente quiere conocer cómo son algunas cosas que se perdió. De hecho, sus dudas se expresan en su primer encuentro, al que está a punto de renunciar, pues los tabúes y el peso de la educación recibida, aún lastran su conciencia.

Leo consigue transmitir confianza a Nancy y ella empieza a relajarse. En el transcurso de su encuentro, la dinámica de poder cambia y las máscaras de los personajes empezarán a desmoronarse.

Sin morbo, mostrando lo justo y de manera elegante, el film también se convierte en un manifiesto a favor de la sexualidad a cualquier edad, algo que no siempre está bien visto aún en nuestra sociedad en la que parece que a partir de cierta edad deben dejarse de lado los instintos por culpa de una moralidad pacata y restrictiva en la que lo joven y los cuerpos perfectos mandan. 

Muy valiente el gesto de desnudarse de Emma Thompson mostrando sin filtros su cuerpo, perdida parte de su lozanía por el paso del tiempo. La belleza está en todas partes y no solo en la perfección física, ya se que eso dicho suena muy bien y muy progre, pero por desgracia, no siempre es así en la vida real. 

La película descansa en el gran trabajo de los actores y en unos diálogos cargados de intención en los que los dos personajes van desgranando sus pasados, las ilusiones frustradas e incluso sus arrepentimientos.