Dos ex-convictos no demasiado brillantes son contratados para asaltar una lucrativa partida ilegal de poker. Las culpas recaerán sobre el organizador del juego y los ladrones podrán empezar una nueva vida. Por desgracia, el dinero robado pertenece a la mafia, que se pone en contacto con el asesino a sueldo Jackie Cogan (Brad Pitt) para encontrar a los culpables.
El guión adapta la novela Cogan's Trade, del norteamericano George V. Higgins, publicada en 1974 y cuya edición en castellano responde al título de la película.
Como película de mafiosos, es bastante corrientita, al menos su argumento: Una especie de corporación que controla las timbas clandestinas, fue robada antaño por uno de sus empleados que simuló un atraco. Hasta ahí el argumento es, además, poco creíble, ¿cómo le van a dejar seguir en el negocio después de haberles robado? Aquí surge el espabilado de turno que piensa: Si este se montó un falso robo y ahora robo yo la timba que dirige, le van a echar el muerto a él, que ya lo hizo una vez. Más o menos así está planteada.
Pero Andrew Dominik, guionista y realizador del film, no se queda en eso, constantemente aparecen, como fondo, alocuciones televisivas de Barak Obama, en plena campaña electoral, con las consabidas frases grandilocuentes, sobre las que ironiza el asesino a sueldo: Ahora dirá que somos un gran país. Y va el bueno de Obama y, ¡oye!, lo dice, tal cual. Y es que los políticos, de tanto repetir lo mismo, convierten las cosas serias en auténticas memeces. Hace poco, el ínclito vicepresidente de la Junta de Castilla y León (ni siquiera recuerdo su nombre), de VOX, para más señas, respondía a la pregunta de un periodista sobre el aumento de asesores (bueno, responder, responder, ya sabéis que nunca responden), algo así como: Que tengan por seguro los castellanoleoneses, que cada euro gastado por este gobierno, es en su beneficio. Me cago en tó lo cagable (y perdón por la expresión), y que tengamos que aguantar esto.
Retornando a lo nuestro, el Sr. Cogan, sí, el asesino de la peli, hablando de su país y de lo que dicen los políticos, recuerda a los padres de la patria (los Jefferson, Washington y demás) y comenta que eran unos señores hartos de pagar impuestos a la corona, que decidieron que aquel dinero, mejor lo manejaban ellos, así que, señala, América no es un gran país, es un gran negocio. Y, más o menos, eso sería extrapolable a casi todos los países occidentales. ¿Se han fijado que nuestros políticos son, cada vez más, gestores financieros?, por cierto, que gestionan bastante mal cuando del común se trata.
Bueno, vaya rollo para decir que yo creo que los tiros de la película, van más bien por ahí, por el lado de la crítica, de que todo se reduce al negocio, por más que lo adornen con palabrería. Con ese asesino a sueldo y su particular moral, que prefiere matar suavemente y a distancia, porque asesinar de cerca es desagradable, ya que el reo te suplica, te habla de su madre, de su familia... vamos, otro símil de nuestras sociedades, en que a los poderosos les resulta desagradable acercarse a la gente para que les cuente sus problemas, que les incomodan y prefieren vivir en su burbuja de palmaditas en la espalda.
¿Que si el amigo Dominik consigue su objetivo y transmite bien sus ideas?, pues quizá no tanto y el mensaje, si lo hubiere, queda bastante diluído entre diálogos insustanciales y la caza de los asaltantes de la timba (que parece todo un macguffin), pero, al menos, lo intenta y encima, Brad Pitt está sembrado, así que, si no estamos ante un gran film, ni mucho menos, al menos nos quedan cosas para pensar y una magnífica actuación de su protagonista.
Vaya: ¡qué reivindicativo te has puesto hoy! La verdad es que no hay para menos...
ResponderEliminarCiertas cosas de la actualidad me han hecho irme un poco por las ramas.
EliminarHola Trecce!
ResponderEliminarLa vi en su momento y la verdad no la tengo muy fresca, de todas formas no guardo un mal recuerdo. Me ha gustado esa salida por las ramas...jeje Si es que a veces cuesta no soltar una reflexión, sobre todo con esas perlas que nos dedica la clase política...
Saludos!
Eso de que nos traten como a tontos, me lleva los demonios.
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