Eve (Karin Viard) y Henri Monlibert (Benjamin Biolay) son un matrimonio francés viviendo en Viena. Forman una pareja aparentemente feliz, con un hijo en común, y llevan una vida privilegiada en el seno de un pequeño círculo francés afincado en la capital austriaca. Son "la crème de la crème". Sin embargo, esta imagen perfecta se desmorona cuando ella sospecha que su marido la puede estar engañando. Es entonces cuando Eve buscará venganza al tiempo que intentará mantener las apariencias en su entorno burgués de expatriados, donde reinan la hipocresía y las mentiras.
El film es una especie de thriller psicológico que adapta la novela "Svek" (la edición en castellano lleva por título "Engaño", aunque la traducción literal sería "Traición"), de la escritora sueca Karin Alvtegen-Lundberg, aclamada autora de novela negra, con varios galardones en su haber y miles de ejemplares vendidos de sus novelas.
Inmediatamente los críticos apuntaron las influencias de Claude Chabrol en esta película (incluso el cartel de la película así lo señala), seguramente por la preferencia del gran realizador francés por desarrollar personajes por encima de las historias, aunque es cierto que aquí, los personajes, en general, quedan bastante desdibujados en detrimento de la protagonista femenina, centro de la trama, con una deliciosa interpretación de Karin Viard, a gran nivel, mientras que el resto resulta poco perfilado, cuando no totalmente anodino.
Bien conseguido el ambiente de este pijerío francés, cuya principal preocupación es mantener su estatus elitista, criticando a la servidumbre polaca o quejándose de la dificultad de encontrar buenos quesos en Viena.
La película mantiene un ligero barniz humorístico y la historia de suspense se sigue con interés, aunque al final no ofrece tanto cuanto promete, pero dado que el film mantiene una exquisita estructura formal, resulta interesante y, en cierto modo, ameno de seguir.
Además de la influencia de Chabrol, también vendría a ser una actualización de "El discreto encanto de la burguesía" de Buñuel.
ResponderEliminarCorrecto.
EliminarEs lo que tiene vivir en un gueto, al final todo se sabe en grupos tan reducidos.
ResponderEliminarEn determinadas circunstancias, este tipo de sociedades endogámicas, te pueden ayudar, pero, cuidado, porque a la menor, te despellejan vivo.
EliminarLa vi y la comenté no hace mucho. Muy chabroliana, en efecto.
ResponderEliminarEn efecto, recuerdo haberla visto en tu blog.
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