HERMANOS POR PELOTAS

 

Nancy (Mary Steenburgen) y Robert (Richard Jenkins), una pareja de maduros, se casan. Ella es una mujer divorciada y él un viudo. Cada uno incorpora un hijo al hogar, pero lo más llamativo es que los "pequeños" tienen cuarenta años. 

Brennan Huff (Will Ferrell) sigue viviendo con su madre y se conforma con conseguir, de vez en cuando, empleos esporádicos. Dale Doback (John C. Reilly), es un desempleado profesional que vive con su padre. En un principio, ambos se odian y sólo quieren volver a la situación anterior, pero más adelante se convierten en amigos, al mismo tiempo que sus padres deciden que ya son mayores para vivir su propia vida de manera independiente.

Una vez más, un cambio de título en la versión española que uno no alcanza a comprender ¿por qué en lugar de "Hermanastros" le cambian el título? Digo que no lo alcanzo a comprender, pero tal vez lo comprendo demasiado bien y resulta que a alguien le resultó más llamativo y más gracioso ponerle este título tan patético y, en vez de conseguir atraer al público, logran lo contrario: que más de uno se aleje del film como de la peste.

Los encuentros y desencuentro entre los dos hermanos dan para veinte minutos, después el guión cae en las reiteraciones, en caminos trillados recurriendo al lenguaje escatológico y malsonante. A partir de cierto momento, las mejores escenas son aquellas en que aparecen otros personajes además de los dos protagonistas. 

¿Que si te ríes? Pues claro que te ríes, estos tipos se desenvuelven bien con ese tipo de humor tan característico de la factoría Apatow, pero vamos, que te lo tienes que tomar como lo que es, aunque creo que a estas alturas, si alguien se decide a ver estas películas, sabe de sobra con lo que se va a encontrar.