Vincent Bruce (Warren Beatty), un veterano de guerra, regresa a Maryland, su estado natal, y comienza a trabajar como terapeuta ocupacional en un centro psiquiátrico privado para ricos. Allí conoce a Lilith Arthur (Jean Seberg), una encantadora joven esquizofrénica, cuya frágil belleza cautiva a todos los que la conocen. También Vincent se queda prendado de ella, a medida que pasa el tiempo, su relación se profundiza e intensifica y las diferencias entre ellos comienzan a desdibujarse y será capaz de mentir y de traicionar con tal de no perderla; pero sin darse cuenta llega a una situación en la que ya no es capaz de distinguir la locura de la cordura.
El guión, del también realizador del film, Robert Rossen, adapta la novela del mismo título del escritor estadounidense Jack Richard Salamanca, publicada por primera vez en 1961.
Cuenta con un excelente elenco de secundarios que incluye a Peter Fonda, Jessica Walter, Gene Hackman (en su primer papel acreditado en una película), Olympia Dukakis y Kim Hunter.
Conforme a algunas antiguas leyendas y tradiciones judías, Lilith fue la primera mujer de Adán, anterior a Eva y, a diferencia de ésta, creada, como el mismo hombre, a partir del barro.
La Lilith de la película esconde alguna referencia a esta mujer, independiente y no sometida al albur del hombre, pero es también un acercamiento al mundo de los psiquiátricos y quienes en ellos habitan, pacientes y el personal que los atiende, bien es verdad que el del film es un establecimiento que más parece un pequeño jardín del Edén, alejado de cualquier atisbo de sordidez.
Robert Rossen nos ofrece en este su postrer trabajo, un film lleno de delicadeza, con maravillosos planos, picados, contrapicados, cuidadas composiciones llenas de evocación y simbolismo y algunas secuencias de gran belleza, con una fotografía de Eugen Schüfftan en la que cobran gran importancia los claroscuros; el agua, sus matices, reflejos y su propio discurrir; la superposición de imágenes y los cuidados encuadres. Asimismo tienen su importancia los sonidos, incluída la música que acompaña a las imágenes, con composiciones delicadas, emotivas y sugerentes. Todo en la película está perfectamente planificado en esta especie de drama psicológico que resulta muy interesante pese a que alguno de sus planteamientos ha quedado algo obsoleto por mor de los avances de la medicina.
Film de cierta belleza y muy emotivo con un final tan lógico como sorprendente. Una buena película que nos acerca a ese mundo complejo y contradictorio de la mente enferma en que lo real y lo imaginado ven sus límites desdibujados.
Desde luego es una lástima que la carrera de un cineasta de grandes proporciones como Robert Rossen se viese en cierta medida condicionada por la caza de brujas del macartismo.
ResponderEliminarPues sí.
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