miércoles, 22 de diciembre de 2021

LOS ENCANTOS DE LA GRAN CIUDAD

 


George Kellerman (Jack Lemmon), que vive en la tranquila y pequeña ciudad de Twin Oaks, Ohio, con sus hijos pequeños y su perro, está a punto de ascender en su empresa dedicada a la fabricación de plásticos, ocupando el puesto de Vicepresidente de Ventas de la compañía en la central de Nueva York, pero antes debe presentarse a una entrevista. Decide entonces viajar acompañado de su esposa Gwen (Sandy Dennis) para disfrutar de la ciudad. Sin embargo, lo que esperaban que fuese un viaje de ensueño se convierte en una auténtica pesadilla: vuelos desviados, reservas anuladas, trenes perdidos, huelgas de transporte, siniestros desconocidos, equipajes extraviados...


La película parece el catálogo de las Leyes de Muphy que, una por una, se van cumpliendo y todo lo que es susceptible de empeorar, lo hace inexorablemente. Para conseguir sus objetivos de entretenimiento y humor, el guión nos sumerge en una sucesión de situaciones a cual más disparatada. Lemmon nos regala una de sus grandes actuaciones, con un personaje atropellado y agobiante, muy bien secundado por Sandy Dennis, una actriz que, desafortunadamente no tuvo continuidad en su carrera y que es la antítesis de su marido, sosegada y paciente, soportando todas las desventuras que padecen en su viaje y las consecuencias de las poco acertadas decisiones de su esposo.


El guión tiene algunas buenas ideas, con momentos que hacen reír, quizá el mejor hallazgo lo encuentra en un gag recurrente a lo largo del film y es que George va anotando los nombres de quienes se cruzan en su camino de calamidades amenazándoles con demandas millonarias, cuando en realidad, es difícil personalizar en nadie sus desgracias fruto de imprevisibles casualidades y de la mala suerte. 
La narración es frenética, pues ahí, en no dar tregua al espectador, radica una de sus principales fórmulas, aunque quizá va exagerando tanto las situaciones que llega a quedar un tanto deslucida a medida que avanza y las vueltas de tuerca se vuelven cada vez más forzadas. 
Evidentemente hay un trasfondo a las situaciones cómicas y es la contraposición entre la vida tranquila y sosegada de las pequeñas ciudades y el día a día frenético y plagado de peligros e incomodidades de las grandes urbes, una especie de trasunto, salvando las distancias, del cine que Paco Martínez Soria hacia en España, aunque la película nos guarda un giro final que pone el peso de algunas de las desgracias e infortunios que padecemos en la voluble casualidad.




4 comentarios:

  1. Que tal Trecce!
    La descubrí recientemente y me lleve una grata sorpresa. No soy de risa fácil pero esta película consiguió sacarme alguna sonrisa y me lo pase estupendamente. Lo de la libreta es un punto muy simpático, cierto que algunas situaciones como bien apuntas están metidas con calzador.
    Te diré que volando a NY me paso un poco lo que a Lemmon, no quise la comida que te ofrecen en el avión y luego me entro un hambre tremenda...jeje
    Creo que la comedia es un genero que lleva mal el paso del tiempo, esta película sin embargo conserva cierta frescura.
    Muy recomendable y diría que poco conocida.
    Saludos!

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    1. Un conocido mío, diplomático, decía: Cuando puedas comer, come, aunque sea poco y cuando puedas mear (con perdón), mea, aunque también sea poco. Nunca se sabe si después te vas a arrepentir por no haberlo hecho y no tener ahora ocasión de hacerlo.

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  2. Hombre, pues sí: bien mirado, tiene puntos en común con "La ciudad no es para mí".

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    1. En efecto, amigo. La película de Martínez Soria con un título más explicito y esta de Lemmon que lo tiene en plan irónico.

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