La bilbaina Espido Freire, reconocida autora contemporánea de las letras en castellano, analiza en este ensayo su visión sobre una generación de la que se siente parte, la de los mileuristas, término acuñado a partir de una carta publicada en El País en agosto de 2006, de la publicista catalana Carolina Alguacil bajo el título "Soy mileurista",
Espido Freire (Maria Laura Espido Freire), incluye en esta generación a los nacidos entre 1968 y 1982, dos fechas emblemáticas que, por supuesto, son solo una referencia en ningún caso inamovible.
Hijos de los conocidos como 'Babyboomers', generación reivindicativa donde las haya, la autora señala que éstos, ven a los mileuristas, precisamente como poco reivindicativos, faltos de interés, conformistas, cuando en realidad, el hecho de que no se quejen, al menos de la manera en que ellos los hacían, no es porque sean indiferentes a su propia realidad, a su vida de eternos becarios cuyas expectativas apenas se han cumplido. Entre ambas generaciones existe -señala- una enorme diferencia, mientras ellos tenía un sentimiento presencial que se reflejaba en el "aquí y ahora", nosotros nos reflejamos en las conversaciones de nostalgia que remiten en una deseada vuelta a la infancia. Las referencias culturales y los cambios históricos establecen las diferencias entre las dos generaciones, cuyos individuos viven en una especie de ignorancia mutua.
Los mileuristas, una generación intelectualmente preparada, con capacidades idiomáticas y técnicas de las que la generación anterior carecía, con preparación universitaria, acceso a viajar y conocer otras culturas, precisamente porque sus antecesores, que no lo tuvieron tan fácil en ese sentido, se han preocupado por proporcionarles esos medios, se han encontrado, por contra, con la realidad de que las cosas habían cambiado radicalmente y lo que se les prometía como seguro, no era tal, pues ahora, un título universitario, ya no era sinónimo de éxito social y laboral, precisamente por haberse democratizado y ampliado el acceso a esos ámbitos, antes coto de una minoria.
Un libro muy interesante y que sigue de plena actualidad, pues el conflicto y los problemas que plantea, de algún modo aún siguen presentes, incluso agudizados, cuando ha saltado a la palestra la nueva generación, bautizada por la escritora como "Generación botellón", criados a los pechos del capitalismo y la sociedad de consumo y con una autoestima que no duda en calificar como brutal.
Aunque Espido Freire nunca ha sido santo de mi devoción, debo admitir que lo que planteas en tu entrada a propósito de la generación mileurista es bastante cierto.
ResponderEliminarEs un libro de 2006 y resulta curioso ver cómo algunos de los vaticinios que se hacían entonces se cumplieron, como el estallido de la burbuja inmobiliaria y otros, cosas que estaban en el ambiente, que se sabían y fueron dejándose pasar sin tomar previsiones, con las consecuencias que todos conocemos.
EliminarEn esta obra, Laura Espido Freire nos ofrece un retrato psicológico francamente perfecto de la generación que, por su formación académica, es la que mejor preparada está para la vida y, sin embargo, es la que más dificultades económicas ha encontrado para salir airosa. Acertó plenamente
ResponderEliminarAsí es, José Luis.
EliminarNo sé yo si los mileuristas estamos preparados para la vida: no creo que, en general, tengamos tanta autoestima. Al revés, somos una generación más inmadura que la de nuestros padres y, por lo tanto, con más tendencia a la frustración. También veo menos solidaridad entre nosotros; vamos más a nuestra bola.
ResponderEliminarSí estoy de acuerdo, en cambio, en que un título universitario no es hoy garantía de éxito laboral: todo el mundo estudia en la universidad; pero los puestos cualificados ofertados siguen siendo menos que los puestos no cualificados...
Los de la autoestima son los de la generación siguiente.
EliminarSí, perdón, es el problema de conectarse a la red mientras uno hace otras cosas a la vez... :(
ResponderEliminarAun así, creo que tampoco estoy de acuerdo con la autora... No veo yo mucha autoestima en la generación siguiente...