Pocos personajes más llamtivos en la historia de España que esta Ana Hurtado de Mendoza de la Cerda y de Silva y Álvarez de Toledo, coloquielmente conocida como Princesa de Éboli.
En el libro de Almudena de Arteaga, la Princesa, a modo de extensa carta dirigida a su hija Ana (la menor de las dos que tuvo con este nombre y que fue quien la acompañó en los últimos años de su vida), traza una especie de autobiografía, en la que resume su vida, a través de la cual, hacemos un recorrido por algunos aspectos de la España del momento, durante el reinado de Felipe II, del que, sin fundamento alguno, se dijo había sido amante cuando estaba casado con la joven Isabel de Valois, de la que, por otra parte, Ana era amiga.
La Princesa fue una mujer hermosa y culta, pues a partir de los ocho años, su padre, convencido ya de que no iba a tener descendencia masculina, la educó como si fuera un varón y ella aprendió a montar a caballo, a manejar armas, a cazar y a cultivar su intelecto.
Su matrimonio con Ruy Gómez de Silva, personaje muy cercano al monarca, la acercó a la corte y vivió en primera persona el traslado de la capitalidad de Toledo a Madrid y otros acontecimientos relevantes de la política española.
En el libro, Ana se muestra como una mujer fuerte, independiente (para la época) y con un carácter que la hacía estar un paso por delante de lo que se esperaba de las mujeres en aquellos tiempos. Sus últimos años fueron duros, pues sus amores con Antonio Pérez, secretario del Rey, tras la muerte de su esposo, al que había sido totalmente fiel en vida, la trajeron no pocos problemas que acabaron con su arresto, primero en el Torreón de Pinto y más tarde en la fortaleza de Santorcaz, para acabar sus días recluída en su palacio ducal de Pastrana.
Su infancia, la buena relación con su esposo, la lejanía con su padre, las intrigas en la corte de Felipe II, sus conflictos con Teresa de Jesús y algunos detalles de cómo era la vida de la nobleza en el siglo XVI, es lo que nos acerca este libro de lectura agradable y amena, que nos permite conocer algunas curiosidades de este personaje tan atractivo.
¡Hola, Trecce!
ResponderEliminarLeer libros basados en historias reales, siempre resultan atractivos para conocer un poco más de la vida y costumbres de un grupo humano que cada vez es menos querido por la población.
Fuera bueno que los respectivos autores, narraran de la mejor manera para que los lectores nos demos cuenta que se trata de personas con una vida aparentemente privilegiada, pero que deben de cumplir con muchas obligaciones.
Me ha dado mucho gusto visitarte.
Excelente tu anterior publicación, la de “Rebelde sin causa” Un clásico del cine. En mi opinión, quien sea rebelde, siempre tiene algún motivo para serlo.
Cordiales saludos.
El libro, si algo tiene, es el retrato muy humano de este peculiar personaje.
Eliminar¿Se sabe cómo perdió el ojo? ¿Era realmente tuerta?
ResponderEliminarEra tuerta, sí.
EliminarEl libro se acoge a la versión más extendida: lo perdió con un florete, al parecer en un lance con un paje mientras entrenaba con el arma y de manera fortuíta, por mala suerte, vamos. Todo esto, cuando aún era una niña.