En 1940, el estudio de cine RKO contrata al joven prodigio Orson Welles (Tom Burke), de 24 años, en virtud de un contrato que le otorga el control creativo total de sus películas. Para su primera película, llama al alcohólico Herman J. Mankiewicz (Gary Oldman) para que escriba el guión. Esa película es Citizen Kane, y esta es la historia de cómo fue escrita.
Algunos espectadores no dudan en calificar de sobrevalorado el último trabajo de David Fincher y no seré yo quien les contradiga, siempre una buena campaña promocional ayuda y las plataformas digitales tienen en sus manos todos los recursos a ese respecto.
Pero no es menos cierto que una película no triunfa solo con la promoción, ha de tener algo más, de lo contrario se verá crucificada desde su estreno y no es el caso. De entrada, como mucho, hay división de opiniones desde el respetable y unanimidad (casi) desde la crítica que le ha dado su bendición, luego algo tendrá aparte del marketing.
¿Que el guión es flojo? Eso dicen algunos, pero hay que tener en cuenta las peculiaridades de éste y de por qué se ha rodado teniéndolo como base. Sabemos que fue escrito por el padre del realizador, fallecido en 2003, y que no ha sido retocado (eso dice Fincher, algo difícil de creer, pero eso es lo que afirma), así que la película también tiene mucho de proyecto personal y afectivo.
Otras críticas van por el lado de la poca profundidad sobre los personajes secundarios (casi todos grandes leyendas del cine en diversos campos), pero es que el realizador ha centrado la historia en Mankiewicz, más concretamente en su peculiar manera de ser, pensar y desenvolverse en sociedad, ni siquiera le ha dado más relevancia de la que necesariamente había de tener a la película de Welles. Y ahí, en ese retrato del personaje, creo que acierta bastante, acompañado por la gran interpretación de Gary Oldman, pues hasta esas cosas que pueden parecer un tanto extemporáneas, no hacen sino reflejar el alma de un ser perturbado por el alcohol.
Algunos diálogos de gran nivel y unas cuantas escenas muy bien resueltas, completan el panorama de esta película, técnicamente casi irreprochable y con algunos momentos realmente de altura. Me quedo con la escena del discurso de Louis B. Mayer (Arliss Howard) a sus empleados pidiéndoles que acepten una rebaja de salarios, ahí sí que hay un homenaje a Ciudadano Kane, por la composición de la escena, la colocación de la cámara, la elección de ese picado lateral que empequeñece la figura del orador y refleja claramente que está actuando y manipulando a su auditorio... Toda una lección de lenguaje cinematográfico que con tan poco, logra transmitir tanto.
¿Que intenta abarcar mucho?, puede ser; ¿que lo que nos cuenta del funcionamiento interno del Hollywood de los cuarenta no es nada nuevo?, pues seguramente; pero lo hace bastante bien. El caso es que, bajo mi particular punto de vista, ese guión que se dispersa en algunos tramos, queda compensado por el buen trabajo de Fincher y Oldman y por la buena puesta en escena que recrea con acierto la época en que transcurre la narración.
Hola.
ResponderEliminarPues me apetece mcuho verla. Me gusta mucho Orson Welles, me gusta la historia de Ciudadano Kane y me encanta Gary Oldman, así que todo la hace apetecible.
Y opino igual, el marketing y la promoción ayudan, pero si la peli es mala o no tiene nivel, no alcanza el éxito. Así que en este caso, será algo más que buena promoción.
Muy feliz día.
Una gran historia.
EliminarHubo un tiempo que, cuando me gustaba un actor, trataba de ver todos sus trabajos; y Gary Oldman siempre me gustó... podría retomar la costumbre.
ResponderEliminarUn beso.
Aquí hace un magnífico trabajo.
EliminarMe gustó más de lo que pensaba. Con este nuevo trabajo del director (uno de mis favoritos), me demostró una vez más su gran pasión por el séptimo arte.
ResponderEliminar¡Saludos!
A mí me ocurrió algo parecido, no pensaba que me iba a gustar tanto.
ResponderEliminarPuede que no sea la película más brillante de Fincher, pero ofrece un retrato muy plausible del Hollywood de la época dorada, alerta sobre los procesos de manipulación de la opinión pública y, finalmente, brinda un retrato muy interesante del no muy conocido guionista de "Ciudadano Kane", con la ayuda inestimable de un entregadísimo Gary Oldman.
ResponderEliminarSaludos.
Además de estar de acuerdo con lo que dices, para mí lo más interesante y conseguido es lo último que señalas, el gran retrato de Mankiewicz.
EliminarLa vi el domingo pasado y me gustó. A lo mejor me dejo llevar por un interés personal porque la película me ha venido estupendamente para lo que estoy escribiendo ahora. En efecto, como decís, lo mejor es el retrato del escritor y los muchos "Kanes" que salen en la película; a saber: Hearst (como no), Mayer y el propio Welles, al que es verdad que se le echa en falta algo más de presencia.
ResponderEliminarSaludos
Un buen trabajo, sin duda.
EliminarQue tal Trecce!
ResponderEliminarHe de reconocer que hubo algún instante en que me salí de la película, pero apenas fueron momentos puntuales. Diría que acabo atrapándome y me gusto bastante. Por cierto, a mi Hearst no me acaba cayendo mal, sin embargo Irving Thalberg creo que no sale muy bien parado.
Buena la reseña, saludos!
Muchas gracias a ti, Fran, tan amable como siempre.
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