lunes, 14 de diciembre de 2020

10.000 KM


Alex (Natalia Tena) y Sergi (David Verdaguer), una sólida pareja que vive en Barcelona, acaricia la idea de tener un hijo, pero, inesperadamente, Alex consigue una beca de un año en Los Ángeles, lo que supondría 365 días de relación a 10.000 Km de distancia.


Dos únicos actores, una historia sencilla en apariencia, economía de escenarios(y encima, el apartamento de Los Ángeles, en realidad está en el Barrio de Gràcia y decorado con muebles de Ikea) y un largo plano secuencia de más de 20 minutos para abrir la película (muy bien coreografiado), en el que se retrata de manera natural, casi familiar, lo cotidiano de una mañana cualquiera en la que el sexo, la ducha y el desayuno, darán paso a la decisión que marcará un quiebro en la vida como pareja de los dos personajes.
La película, ópera prima de su realizador, Carlos Marqués-Marcet, obtuvo nominaciones y premios en certámenes españoles e internacionales, incluyendo un Goya a la mejor dirección novel.


La película, básicamente, desmonta el mito del amor romántico que dura toda la vida, el de las novelas y las películas del género en el que todo es vida y dulzura sin ni siquiera un pequeño hueco para la disputa y la desavenencia y, por contra, nos acerca a una historia que se nos hace real, creíble y cercana.
Hay parejas que acaban mal (algunas tras años de noviazgo), cuando comienzan la convivencia y, al contrario, hay otras, acostumbradas a la vida en común, que no soportan la prueba de una separación. Es cierto que no todas las parejas pasarían por esta especie de trauma si vivieran en la distancia, conozco gente que amolda su vida a vivir separados y verse cuando pueden, en vacaciones, fines de semana, etc. (al menos en algún momento de sus vidas) y también es cierto que dado ese planteamiento de realidad y cercanía, hay un par de escenas que chirrían un poco por lo excesivo, sobre todo aquella en la que Sergi parece que se vuelve medio loco y le da por tirar y romper objetos, o algunas reacciones puntuales que se nos antojan un tanto rebuscadas, pero bueno, en general, consigue transmitir ese tono de realidad. 
Magnífico el trabajo de los actores que, la verdad sea dicha, tienen papeles de esos que dan para lucirse o salir trasquilado del intento, porque la película son ellos dos y poco más y hay poco o ningún lugar, para refugiarse en el trabajo del compañero. 
Los protagonistas hacen un abundante uso de las nuevas tecnologías: mucha videollamada, el Street View de Google, la mensajería instantánea... bien integrados y dosificados y de los que la narración saca partido. 
El final, nos trae a una pareja que ya no volverá a ser la que era, ni siquiera sabemos si seguirán juntos, porque la separación va a dejar huella en sus vidas, quien sabe si para bien o para mal, esa es otra historia.
Si eres de esos que aman las películas romanticonas, ni te acerques a este film; si eres de los amantes del cine que buscan algo distinto cuando ven una peli de género, aquí tienes una; que te guste más o menos, es harina de otro costal. 


 

10 comentarios:

  1. Por lo visto, acá tenemos un torpedo contra el mito. Y por lo visto, logra cruzar el Atlántico, el continente americano y explota en Los Angeles

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  2. No la he visto. Quizás algún día de estos, caiga.
    Saludos!

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  3. Las películas de este director hablan de las relaciones de pareja con gran naturalidad y sentido de la observación. Además, consigue unas interpretaciones muy ajustadas a esa búsqueda de la realidad inmediata.

    Saludos.

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  4. Una peli muy "millennial", fresca, a ratos divertida, y que plantea las nuevas relaciones de pareja, a menudo marcadas por la distancia y la presencia de las nuevas tecnologías.

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  5. Me gustó, sencilla, pero solo en apariencia, tienes razón. También me gustó la siguiente del autor: "Tierra firme", donde repiten actores y lo siguen haciendo genial; se llevó un premio en el festival de cine europeo de Sevilla hace unos años.

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