Walter Davis (Bruce Willis) es un adicto al trabajo. Su atención se centra en eso y muy poco en su vida o apariencia personal. Ahora necesita una acompañante para ir a una importante cena de negocios de su empresa con un nuevo cliente japonés. Su hermano le propone a la prima de su esposa, Nadia Gates (Kim Basinger), que es nueva en la ciudad y quiere socializar, pero le advierten que si bebe alcohol, pierde el control y se vuelve totalmente desinhibida.
Comedia disparatada dirigida por Blake Edwards, con música de Henry Mancini, en la que vamos viendo una sucesión de cómicas circunstancias, con dos momentos descollantes sobre el resto: La cena en el restaurante donde debe cerrarse el negocio con el importante empresario japonés y, en el último tramo, la entrada subrepticia del protagonista en casa de los padres del novio de Nadia, donde también está ella, en la víspera de la boda entre Nadia y David Bedford (John Larroquette).
A pesar de lo previsible de la trama, tiene momentos de comedia de altura y nos recuerda como era este tipo de cine en los años 70 y 80, en que no sentían la necesidad de recurrir a la escatología, el lenguaje soez o el sexo más o menos explícito, para hacernos reír, algo que consigue de sobra este film a pesar de los aparentes excesos en la caricatura de las situaciones, pero con un sello de elegancia que se agradece mucho.
Recuerdo bien esa película. Incluso recuerdo algunas escenas.
ResponderEliminarNo es nada del otro mundo, pero es un humor amable.
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