Dos jóvenes enamorados viajan en diligencia y, de repente, se une a los viajeros un misterioso desconocido. El vehículo se detiene en una posada, y el desconocido desaparece con el joven. La muchacha busca desesperadamente a su novio y, cuando descubre que es la Muerte quien se lo ha llevado, le implora que se lo devuelva. La Muerte le muestra tres velas (vidas) a punto de extinguirse y le explica que sólo podrá recuperarlo si logra salvar alguna de ellas.
Esas tres historias se desarrollan en Persia, en Venecia y en China, y en todas las situaciones, la mujer no puede salvar a su amante respectivo. No obstante, la muerte le da una última oportunidad.
¿El amor puede con todo, incluso con la muerte?
La película nos habla de eso, del amor y de la muerte y lo hace a través de cuatro historias, tres de ellas son relatos dentro del relato principal, su acción tiene lugar en un país árabe, en Venecia y en la lejana China y el relato principal, se desarrolla en tiempo presente en una pequeña ciudad centroeuropea.
Tanto el relato veneciano, como el árabe, son historias convencionales de dramas románticos, con amores ocultos que acaban de manera trágica. También lo es el relato de China, pero este cuenta con el aliciente de los muchos efectos especiales que llaman la atención por la época del film (la película es de 1921): Ejércitos diminutos que salen del interior de una caja, caballos voladores... y todo ello sin ninguno de los medios de los después dispondrían los cineastas, se estaba levantando el edificio del cine una vez que los cimientos habían sido plantados y aquí vemos la obra de una las grandes figuras de aquella época, el austriaco Friedrich Christian Anton Lang, conocido como Fritz Lang.
Sobre un guión del propio Lang y de esposa de entonces, Thea von Harbou, la película reflexiona sobre la fuerza y la tragedia del amor y sobre lo efímero de la vida, representada aquí por velas de cera ¿hay algo más endeble que la llama de una vela?
La visión que nos presenta de los mundos orientales (Persia y China), es tópica, pero tiene algo de divertida y destaca la calidad del montaje, de una sensacional y conseguida ambientación y esos maravillosos efectos especiales para la época, los ya citados y las imágenes espectrales de los difuntos.
Hay una anécdota alrededor de este film que nos toca de cerca y es la que relataba Luis Buñuel que, en su época juvenil en París entró en un cine donde proyectaban esta película y, tras verla, quedó tan impresionado que decidió dedicarse a hacer cine.
Conocía la anécdota de Buñuel y no me extraña: la cinta de Lang es una obra maestra del expresionismo y, por extensión, del cine mundial.
ResponderEliminarUna estupenda película.
Eliminar