Marco Zuluaga (Darío Grandinetti), un periodista afligido por una historia de amor que terminó hace diez años, se enamora de Lydia González (Rosario Flores), una torera que también se recupera de un amor fallido. Benigno Martín (Javier Cámara), un enfermero, dedica su vida a su única paciente, una joven bailarina en coma como resultado de un accidente sufrido cuatro años antes; él le habla, le lee, sostiene fotografías frente a sus ojos cerrados. Cuando Lydia es llevada en estado de coma al hospital donde trabaja Benigno, él y Marco se hacen amigos, y el enfermero alienta al periodista a hablar con ella y esperar un milagro. Cuando las esperanzas de Benigno para su paciente se convierten en fantasías, Marco intenta inyectar algo de realidad.
Al hablar del cine de Almodóvar, más de uno se refiere a él como de trayectoria irregular. Irregulares son muchas trayectorias de gente consagrada que forman parte de la Historia del cine con mayúsculas y que, de cuando en cuando, tienen películas que bajan el nivel o son, directamente, fallidas, así que nada de extraño hay en que la carrera de Pedro Almodóvar sea irregular. Pero gustos de cada cual aparte, creo que nadie duda de que estamos hablando de un magnífico cineasta, para algunos un genio y, seguramente, el más internacional de nuestros realizadores vivos, con una estética reconocible y una manera de hacer cine que despierta, cuando menos, interés.
Esta es una película que podríamos situar en la parte alta de su producción, de las que mejor acogida tuvieron y de las que se mantienen, con el paso del tiempo, entre sus mejores obras y es que yo pienso que aquí, el manchego deja a un lado algunos de sus excesos para realizar uno de sus films más contenidos y sobrios sin renunciar a su estilo.
Tal vez el único exceso sea el tema de la violación, un asunto escabroso donde los haya, que provoca todo tipo de fundadas repulsas y que Almodóvar retrata de tal forma que más parece plantear un dilema moral al espectador. Para mí no existe tal dilema, es un delito y de los más execrables por más que quien lo perpetre, como sucede en este caso, sea un tipo de mente enferma.
Sin embargo, creo que los asuntos centrales son otros, de un lado la soledad y, de otro, la amistad entre dos hombres, amistad donde la lealtad va más allá de culpabilidades. Si el trabajo de Grandinetti raya a gran altura, el de Javier Cámara es portentoso, dado vida a un personaje complejo donde los haya, aparentemente sensible, bondadoso y entregado, pero cuya mente está perturbada. Almodóvar lo retrata con acierto a través de diversos pasajes de su vida que nos van dando pinceladas del conjunto de este hombre: Su relación con su madre, su aislamiento y ausencia de amistades, su enfermizo enamoramiento de Alicia (Leonor Watling)...
Magnífico montaje para ensamblar los distintos tiempos en que está narrada una historia rica en imágenes simbólicas, quizá la más llamativa, la falsa película muda (remedo de El increíble hombre menguante [1957], de Jack Arnold) rodada en realidad por Almodóvar y protagonizada por Fele Martínez y Paz Vega, que explica de manera figurada la violación y la manera en que la ve Benigno dentro de su perturbada mente. En otras secuencias el simbolismo está más claro: Todo lo relacionado con el mundo de los toros, las lámparas de cera derretida que representan el estado mental de Alicia y otras muchas secuencias que salpican el film que también tiene sus gotas de humor negro (aquí no hay reclusos, le dice la funcionaria de la prisión a Marco, son internos).
Como siempre, Almodóvar lo tiene todo planificado al milímetro y hace uso de algunas de las constantes de su filmografía, por ejemplo, los colores llamativos o esos interludios musicales que gusta de meter en medio de sus films, que en otros quedan como un pegote pero que Pedro convierte en auténticas obras de arte por sí mismos, en esta ocasión la interpretación del conocido Cucurrucú Paloma por Caetano Veloso, una auténtica maravilla per se.
Película sin estridencias llamativas, cargada de lirismo y sensiblidad.
la volví a ver no hace mucho y confirma mi sensación de la primera vez: obra maestra. Las actuaciones son maravillosas peor todo el mérito es de él mismo y su estilo. Una maravilla y según le oí decir su preferida. Saludos.
ResponderEliminarBuena película.
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