Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington), un ex-marine condenado a vivir en una silla de ruedas, sigue siendo, a pesar de ello, un auténtico guerrero. Precisamente por ello ha sido designado para ir a Pandora, una luna del planeta Polifemo, donde algunas empresas están extrayendo un mineral extraño que podría resolver la crisis energética de la Tierra. Para contrarrestar la toxicidad de la atmósfera de Pandora, se ha creado el programa Avatar, gracias al cual los seres humanos mantienen sus conciencias unidas a un avatar: un cuerpo biológico controlado de forma remota que puede sobrevivir en el aire letal. Esos cuerpos han sido creados con ADN humano, mezclado con ADN de los nativos de Pandora, los Na'vi. Jake fue elegido para el proyecto tras la muerte de su hermano, pues era el único compatible con el prototipo creado para su hermano.
Convertido en avatar, Jake puede caminar otra vez. Su misión forma parte de un proyecto científico liderado por la doctora Grace Agustine (Sigourney Weaver), cuyo objetivo está en estudiar la cultura, especie y habitat de los Na'vi. Pero el encargado de seguridad de la colonia humana en el planeta, le convence para actuar al margen del proyecto de la doctora e infiltrarse entre los Na'vi, que se han convertido en el mayor obstáculo para la extracción del mineral. No obstante, cuando Neytiri (Zoe Saldana), una bella Na'vi , salva la vida de Jake cuando este se enfrentaba a los lobos, todo cambia: Jake, tras superar ciertas pruebas, es admitido en su clan, los Omaticayas. Mientras tanto, los hombres esperan los resultados de la misión de Jake.
Este proyecto estuvo esperando durante años el desarrollo de la tecnología necesaria para que James Cameron pudiera hacer lo que quería. Al parecer, cuando el guionista y realizador canadiense vio el personaje de Gollum en la saga de El señor de los anillos, consideró que había llegado el momento de rodar su película.
La película, como historia narrativa, no tiene mucho de especial, tampoco como relato de ciencia ficción, ni siquiera de original, más parece un cuento para niños plagado de criaturas fantásticas, con un toque de mensaje ecologista e incluso antibélico.
Cameron ha declarado en alguna ocasión que la idea se le ocurrió viendo Pocahontas, y si uno se detiene en el desarrollo de la historia, es cierto que tiene bastante en común: El conquistador que se enamora de la nativa. Ese es el elemento alrededor del que gira la película y sobre el que introduce variaciones con respecto al la historia entre el europeo y la india.
Técnicamente, sin embargo, el film sí que marca un antes y un después. Multitud de escenas generadas por computador y actores desempeñando su trabajo ante la pantalla verde. Visualmente impactante, es una verdadera explosión de colores, naturaleza salvaje y bastante peculiar y muchas imágenes que subyugan al espectador, sobre todo los impresionantes travellings aéreos en los que el espectador se siente a bordo de las criaturas voladoras como si realmente estuviéramos volando nosotros mismos.
La verdad es que Cameron aprovecha muy bien todos los avances técnicos que tenía a su disposición para hacer un cine diferente, algo que, por contra, parece que le hace olvidarse de la historia y de los personajes propiamente dichos, para centrarse en todo aquello que nos resulta visualmente impactante.
Sea como sea, el caso es que es una película digna de verse, aunque pueda decepcionarnos en algunos aspectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario