Royal y Etheline Tenenbaum (Gene Hackman y Anjelica Houston) son una pareja adinerada que vive en la ciudad de Nueva York con sus tres hijos, todos ellos increíblemente dotados en campos particulares. Su hijo mayor, Chas, es un genio de las finanzas y la química, su hija adoptada Margot es una reconocida dramaturga y su hijo menor, Richie, es un prodigio del tenis.
Royal, un abogado inhabilitado, quiere a su familia pero a menudo es insensible a sus necesidades. Había comprado la casa de la avenida Archer en el invierno de su trigésimo quinto año de vida. A lo largo de la siguiente década, su mujer y él tuvieron tres hijos. Él y Etheline se separan (aunque no se divorcian) cuando los niños son pequeños, y Royal se muda a un hotel caro donde permanece durante 22 años, aislado de su familia. Etheline se quedó la casa y crió a los niños, cuya educación era su principal prioridad, incluso escribió un libro sobre el tema titulado "Familia de genios".
Desde que estaba en la escuela primaria, Chas demostró su habilidad para los negocios, estando en sexto curso montó uno de cría de ratones dálmatas que vendía a una tienda de mascotas que había en Little Tokio. En la preadolescencia comenzó a adquirir inmuebles, mostrando un conocimiento casi antinatural de las finanzas internacionales.
Margot, había sido adoptada cuando tenía dos años y su padre siempre lo había hecho saber al presentarla. Escribía teatro y obtuvo una prestigiosa beca de 50.000$ estando en noveno curso.
Richie era campeón de tenis desde que estaba en tercer curso. A los 17 años se hizo profesional y ganó el abierto de los EE.UU. tres años seguidos.
Como adultos, los tres niños de Tenenbaum están cansados, de las versiones trágicas de sus vidas. Chas (Ben Stiller) está de luto por la pérdida de su esposa en un accidente aéreo seis meses antes, y afrontando la responsabilidad de criar a sus dos hijos, Ari y Uzi, por su cuenta. Margot (Gwyneth Paltrow) es estoica y enigmática, sufre el bloqueo del escritor y un matrimonio insatisfactorio con el neurólogo, mucho mayor que ella, Raleigh St. Clair (Bill Murray). Richie (Luke Wilson) se retiró del tenis profesional después de un inexplicable bloqueo mental en un partido crucial, y ha estado viajando por el mundo en un crucero durante un año. Etheline, madura y académica (en contraste con su ex marido), trabaja como arqueóloga.
Cuando le comunican que debe abandonar el hotel en que se hospeda por falta de pago, Royal trata de regresar con su familia y recuperar el tiempo perdido, pero no va a resultar tan sencillo.
Wes Anderson, con su particular y peculiar estilo, nos cuenta la historia de esta extraña familia y el intento del padre de recuperar el tiempo perdido. Debido a la mala relación que mantiene con ellos y con su esposa, fingirá que tiene un cáncer, un engaño que solo durará seis días, como él dice, los más bonitos de su vida. Curiosamente cada uno de los hijos se encuentra en un momento de crisis existencial y al buscar refugio en aquella casa, poco a poco los secretos, problemas y errores del pasado van saliendo a la luz para volver a vincular esta familia disfuncional.
Estructurada en capítulos, como un libro, con una voz en off (Alec Baldwin) que nos va conduciendo a través de ellos, está dirigida de manera impecable y, al tiempo, sofisticada, con unos cuantos planos que se nota han sido preparados detenidamente para lograr la sincronía perfecta entre intérpretes, entorno e historia.
Con un reparto de lujo (por cierto, la relación entre Hackman y el realizador, fue bastante tempestuosa), la película está muy bien interpretada, y la historia que nos narra se envuelve en un universo que tiene mucho de surrealista, con el particular humor que caracteriza las películas de Anderson, aunque como suele ocurrir con sus trabajos, quienes no participan de su concepción artística, pueden acabar decepcionados con su trabajo, tanto como lo alabarán aquellos que disfrutan del peculiar universo del director y guionista estadounidense y de su llamativa estética.
recuerdo que me había gustado mucho cuando la vi aunque era complicada, hasta fría diría. Pero me gusta su cine y entonces surge la empatía. Saludos...
ResponderEliminarEs lo que tiene el cine de Anderson.
EliminarNo la he visto, pero se me ocurre que en todas las familias hay problemas y gordos, pero que si familia con problemas cuenta con finanzas saneadas, esos problemas son más llevaderos. Para ver en 2.019.
ResponderEliminarLos ricos, muchas veces, se buscan los problemas ellos solitos.
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