miércoles, 18 de octubre de 2017

ANIMALES HERIDOS (ANIMALS FERITS)

Silvio Lisboa (José Coronado) tiene mucho dinero y desde hace un año una amante, la famosa y reconocida interiorista Claudia Riera (Aitana Sáchez-Gijón). El hombre tiene también una fijación: quedar a escondidas con ella en la habitación 1723 del hotel Princesa Sofía. Silvio vive, precisamente cerca del hotel, una vida convencional con Marcia (Cecilia Rossetto), su mujer, una neurótica ociosa que sólo encuentra alivio en los mates de coca con una aspirina que le prepara Mariela (Patricia Arredondo), su asistenta mexicana. Pero la tranquilidad familiar se ve súbitamente trastornada cuando una llamada de un diario anuncia la inminente visita de Claudia, que quiere hacer un reportaje sobre el hogar de los Lisboa. Marcia enloquece preparando el piso y no se olvida de ningún detalle: la ocasión merece la pena. La visita, sin embargo, acaba en tragedia pues Claudia descubre la enfermiza fijación de Silvio. La airada interiorista suspende el reportaje con despecho y da por acabada su clandestina relación amorosa. Marcia no puede soportar que el reportaje de su casa no vaya a ser publicado y se deprime. Para superar la depresión se hace un lifting y el matrimonio se va unas semanas a Cadaqués. Ella deberá sanar las cicatrices de la operación y él las de la traumática ruptura con su amante.
Las tres historia que conforman el film, se entrecruzan y así encontramos que Claudia tiene un amigo, Daniel (Marc Cartes), un joven galerista casado con Irina (Cristina Plazas). La pareja ha caído en una rutina que les está distanciando. Por otro lado, Mariela, la sudamericana que trabaja en el servicio de Silvio y de su mujer tiene un novio, Jorge Washington (Gerardo Zamora), que aspira a una vida mejor.


El guión se basa en tres de los relatos ('Iconos rusos', 'Burbujas' y 'El perro que se lame las heridas') que contiene el libro de Jordi Puntí "Animales tristes" ("Animals tristos"), publicado originalmente en catalán y que en 2002 reescribió en castellano.
En el libro de Puntí encontramos personajes que buscan la felicidad superficial, la que nos proporcionan las pequeñas cosas, ya que la auténtica felicidad no existe.
La película se acompaña de una banda sonora de Carles Cases, con ritmos de jazz y bossa nova que es quizá lo mejor del film.
La fotografía es de Rafa Lluch e incluye algunas estampas de Cadaqués y otras zonas de la Costa Catalana, muy bonitas, además de tomas de la Ciudad Condal.


Ventura Pons, que se ajusta bastante a los relatos originales, opta por un cierto aire de comedia que suaviza el tono de los mismos, haciendo hincapié en lo superfluo de algunas de las metas que se plantea el hombre moderno y que tanta importancia ha adquirido en las sociedades desarrolladas actuales.
De cualquier manera, creo que la película no llega siquiera al nivel de entretenimiento a pesar de la buena voluntad del guionista y realizador catalán que no consigue, bajo mi punto de vista, que los personajes acaben de conectar con el espectador, salvo en determinados momentos.




2 comentarios:

  1. Me parece un típico bodoque folletinesco. Más propio de principios del XX que de ahora.

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