Anne Elliott (Amanda Root) tiene 29 años, una edad en la que las mujeres de la época eran consideradas mayores para casarse, por lo que tiene ante ella, un futuro de solterona, con todo lo que ello conllevaba entonces. Tuvo hace años su momento de fresca y juvenil belleza, se enamoró de un joven marino, Frederick Wentworth (Ciarán Hinds). Jóvenes, atractivos, animosos, y de buenas cualidades, perfectos el uno para el otro. Sin embargo, el padre de Anne, y Lady Russell (Susan Fleetwood), amiga de la familia, impidieron ese matrimonio, por el simple hecho de que Wentworth no venía recomendado por nadie, ni tenía fortuna. Anne se convenció de que, por el bien de los dos, debía romper el compromiso.
El joven se va por esos mares de Dios, en busca de fortuna y regresa ocho años después, habiendo alcanzado fama y posición económica, además de conservar su atractivo.
En cambio, la pobre Anne, ha languidecido y se siente avergonzada de no tener que ofrecer nada más que su propia persona, pues la fortuna de la familia ha venido a menos por la mala cabeza de su padre.
El film adapta la novela homónima de Jane Austen, su última novela antes de fallecer y fue concebido para ser emitido en televisión por la BBC, aunque a continuación se estrenó en los cines de todo el mundo.
Con la elegancia que caracteriza muchos de estos productos británicos, el film sabe aprovechar con un sólido guión el magnífico texto de Jane Austen y consigue con un presupuesto modesto sacar mucho partido a la historia a base de una cuidada ambientación y de unas localizaciones bien seleccionadas.
Los actores ejecutan pulcras interpretaciones y me ha llamado la atención que lejos de la belleza espectacular que observamos en muchas ocasiones, al punto de que llegamos a pensar aquello de que este tipo de mujeres y hombres tan guapos no se encuentran en la vida real, aquí se han elegido intérpretes con rostros que podríamos calificar como vulgares (en el mejor sentido del término), con lo que la cercanía de los tipos retratados es mayor.
Como en otros films apoyados en los textos de Austen, está muy presente la crítica cargada de ironía hacia la sociedad acomodada de la Inglaterra del XIX, en que las formas de cortesía rayan en lo pedante y las conveniencias se imponen en ocasiones al sentido común.
Prácticamente todas las escenas diurnas se rodaron con luz natural y destaco, dentro del vestuario (muy logrado también), los tocados, sobre todo de las damas, que me han resultado muy originales y llamativos.
La banda sonora incluye piezas clásicas de Chopin (Prelude in B, Nocturne in B y Prelude in G) y Bach (Sarabande in D -French suite- y Sarabande in B -French suite-), que hacen aún más agradable de ver esta romántica historia.
No conozco ni el libro ni la película, pero parecen interesante. Espero que la mala cabeza se cargue la fortuna familiar pronto en la historia, porque si no has hecho un spoiler de manual. :)
ResponderEliminarEn la primera escena del film, se ve a los acreedores acosando a Mr. Elliot, así que de inicio ya sabemos que la cuestión económica va fatal para la familia.
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