Tercer volumen, que completa la Trilogía de la Liberación, que narra la participación estadounidense en Europa durante la II Guerra Mundial, junto a los dos primeros (Un ejército al amanecer -Premio Pulitzer de Historia- y El día de la batalla). El volumen comienza el Día D, en junio de 1944, concluyendo con la rendición formal de Alemania en Reims 11 meses después y retrata la guerra vista desde los puntos de vista diversos de sus heterogéneos protagonistas, desde los mariscales y generales, hasta los soldados rasos, periodistas o simples civiles que se vieron envueltos de algún modo en el esfuerzo y el torbellino bélico.
La narración pasa de un frente a otro o de un ejército al contrario, en un deliberado maremagnun que, bajo la apariencia de confusión y enredo, nos hace ver lo que es realmente la guerra, nítida cuando se ve en retrospectiva, pero desconcertante y caótica para los que están atrapados en ella, mezclando sabiamente los grandes acontecimientos con los pequeños detalles; los testimonios de los protagonistas más destacados, con los de los anónimos y olvidados participantes en la misma. Así fue esta guerra, gigantesca por una parte (EE.UU., en 1945, fabricaba la mitad de los productos manufacturados del planeta) y con los aparentemente pequeños detalles que afectaban a las personas individuales (al principio de la intervención estadounidense en la contienda, un combatiente tenía que tener al menos 12 de sus 32 dientes originales. En 1944 se le podía enviar a pelear sin dientes, con un solo ojo o sordo de un oído. Ni siquiera tenía que tener el dedo índice para apretar el gatillo).
Por aquí desfilan muchos de ellos y no sólo para cantar sus gestas, sino también para contarnos las decisiones desacertadas, cuando no calamitosas que algunas veces tomaron. Para este colosal trabajo, Atkinson maneja con soltura, pero a conciencia, un ingente volumen de material que, como en los volúmenes precedentes, va desde los autores clásicos sobre el tema o los archivos oficiales, a los testimonios de supervivientes y de familiares de quienes reposan bajo tierra e incluso lo que estos últimos dejaron escritos o en la memoria de quienes les conocieron, antes de abandonarnos.
Un libro denso y largo, pero apasionante y dinámico, en buena parte por la habilidad con que su autor sabe salpicar la Historia con mayúsculas con las pequeñas anécdotas.
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