Segunda entrega de la Crónica del asesino de reyes, aparecida cuatro años después de la publicación de la primera, El nombre del viento.
Aunque la novela no las señala como partes diferenciadas, podemos ver tres partes distintas en la misma, una primera que transcurre en la Universidad, una segunda, en la que Kvothe abandona los estudios para irse a Vintas, esta segunda consta a su vez de dos historias, una en la que el protagonista entra al servicio del Maer Alveron, gobernante de aquellas tierras, salvándole de una muerte segura por el envenenamiento a que está siendo sometido por su propio médico, y una segunda en que el Maer le envía junto a un grupo de mercenarios para acabar con los salteadores del camino real y que llevarán a Kvote, cuando regresa a Vintas, hasta las tierras de Ademre. En la tercera parte del libro, Kvothe está de regreso en la Universidad, viviendo momentos aparentemente apacibles, gracias a que sus problemas económicos se han solucionado. Todo hace indicar, según palabras del protagonista que es la calma que precede a la tempestad.
Por momentos, parece que la novela avanza lentamente, más si tenemos en cuenta que son más de mil páginas de texto y que pocas dudas se nos aclaran con respecto a la primera entrega, sin embargo Patrick Rothfuss, se las apaña bien a la hora de captar la atención del lector y mezclar algunas partes que serían perfectamente prescindibles, con momentos de tensión e intriga que hacen que el interés remonte el vuelo.
El caso es que quedan un montón de incógnitas por resolver para la que se ha anunciado como tercera y última entrega de la saga y que no acaba de aparecer en el mercado, de forma que o va a ser muy larga, o con todo lo que ha quedado en el aire, la acción se promete trepidante. Espero que entre autor y editores, no acudan al recurso de alargar la historia o dividir la última novela en dos entregas, porque, al paso que va la burra, se me antoja que quizá no llegara a tiempo de leer la última.
El personaje central, queda definitivamente perfilado como una persona en la que el autor aúna con cierta maestría poderes excepcionales adquiridos a través de sus estudios en la Universidad y de sus dotes naturales, pero también alguien que tiene problemas bastante prosaicos, como las dificultades económicas o su desventaja con respecto a los poderosos, en parte agravados por su procedencia familiar.
Interesante me ha parecido la introducción en la historia del mundo Fata y la estancia de Kvothe en Ademre, donde es iniciado en los misterios del Lethani.
La novela acaba con un momento un tanto desconcertante, aunque adivinemos por dónde van los tiros, cuando Bast, el ayudante de Kvothe, parlamenta en plena noche, con los soldados del rey que han robado y golpeado a Kvothe en su taberna.
Si al final del primer libro, pensaba que con leer este segundo iba a dar por concluida mi relación literaria con Patrick Rothfuss, ahora he de confesar que paso a formar parte de aquellos que esperan con una mezcla de curiosidad e interés, la publicación de Las puertas de piedra y es que, en algunos tramos, esta segunda parte, me ha parecido más acabada y mejor que la primera. Esperemos que, ya que tarda, en la tercera siga el proceso ascendente.
Yo la leí recien salida del horno y al paso que vamos creo que me va a tocar volver a leerla cuando llegue la tercera, de muchas cosas ni me acuerdo.
ResponderEliminarA lo mejor hace como en esta, en la que, sobre todo en los primeros capítulos, va recordando sucesos del primer libro y así refresca la memoria.
EliminarYa no leo lo que leía, por problemas de cervicales, ya que si fijo la vista mucho rato me dan mareos. Pero como ha comentado csc ya iba teniendo un problema, y es que como el libro fuera muy largo, y me durara un poco, cuando terminaba, muchas veces ya ni me acordaba, de lo que el escritor había escrito en las primeras páginas, será ya cosa de la edad.
ResponderEliminarAbrazo Trecce.
Este, dentro de que tiene numerosos personajes, creo que se sigue bien.
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