Cristina Sasiain, una mujer de la alta sociedad donostiarra, aparece muerta en el interior de la peletería de lujo que regenta. La inspectora de la Ertzaintza Carmen Arregui, se encargará del caso junto a su pequeño equipo. Cuando comienza sus pesquisas, se ve sumergida en el complejo mundo de relaciones de la víctima, en el que las apariencias juegan un papel fundamental, las personas con las que se entrevista le cuentan verdades a medias y le va a costar desentrañar los disimulos y falsas apariencias con los que muchos se presentan ante ella.
Os puedo asegurar una cosa, a las personas que, por una razón u otra, estén vinculadas a San Sebastián, les va a gustar, la ciudad y su entorno está muy bien descrita, de forma que quien no la conozca se puede hacer una idea de los lugares por los que transcurre la novela y a quien los conozca, le dará la impresión de estar dando un paseo por los mismos.
Junto a la trama de novela negra hay una historia de personas y mundos, de manera que el asesinato en sí y su esclarecimiento, sirven para retener la atención del lector, pero no es menos atractivo todo el mundo en el que se desenvolvía la víctima y el universo de la protagonista, una mujer normal, madre de familia, con sus problemas cotidianos en los que muchos lectores y, sobre todo, lectoras, se verán reflejados a sí mismos: Los hijos, su marido, con el que mantiene una buena relación, pero dentro de los parámetro normales, su madre anciana con sus problemas de salud, las relaciones con su hermana y su cuñado... Todo ello va salpicando la novela, ofreciendo un contrapunto de normalidad y sencillez, pero dosificado en su justa medida, complementando y no distrayendo del tema central.
Una novela bien escrita, dinámica, muy descriptiva, sin lecciones morales y en la que la vida de la clase media queda muy bien retratada, junto a las pinceladas que se ofrecen sobre el mundo distinguido de Donostia.
Recomendable y entretenida.
No conozco la novela; pero sí la ciudad. San Sebastián en una maravilla.
ResponderEliminarAbrazo Trecce.
Por supuesto.
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