Marcus Goldman, un joven escritor, visita a su mentor —Harry Quebert, autor de una aclamada novela— y descubre que éste tuvo una relación secreta con Nola Kellergan, una jovencita que desapareció, posiblemente asesina, treinta años atrás, cuando tenía 15 años y él más del doble. Poco después, Harry es arrestado y acusado de asesinato al encontrarse el cadáver de Nola enterrado en su jardín. Marcus comienza a investigar y a escribir un libro sobre el caso. Mientras busca demostrar la inocencia de Harry, una trama de secretos sale a la luz.
Voy a expresar someramente mi opinión sobre el libro, aunque ya adelanto que podéis encontrar críticas de todo tipo, desde quien la encuentra como una novela casi gloriosa, hasta quien la tacha de plagada de defecto, pasando por todos los estados intermedios.
Antes de nada, señalar que el libro, aún con una estructura claramente de suspense alrededor del caso de la desaparición de una niña y el posterior hallazgo de su cadáver con treinta años de diferencia, se acompaña de una serie de reflexiones sobre la amistad y también sobre las dificultades de escribir literatura en general y literatura de éxito en particular. Es muy interesante el retrato que hace de los métodos de las grandes editoriales, es cierto que en algunos pasajes está caricaturizado, pero no deja de aproximarse a la realidad.
Uno de los principales activos del libro es su lenguaje, sencillo y asequible para cualquier tipo de lector que invita a seguir leyendo porque la comprensión resulta fácil.
Probablemente la principal controversia a la hora de enjuiciar la novela es el uso que hace de las sorpresas y giros que va tomando la narración para mantener el suspense de la historia, pues en algún momento llegas a pensar que se está pasando un poco, añadiendo un nuevo giro que hace cambiar el curso de la investigación y cuando vas por el tercero de ello y se anuncia un cuarto, aunque es cierto que están bien construidos, no puedes evitar que una sonrisa de "se está pasando un poco", aflore en tus labios. Pero por otro lado no dejas de admirar la manera sencilla de resolver lo complejo y saber comunicártelo sin que te pierdas.
Otro de los asuntos que enfrenta opiniones es lo que yo llamo el casamiento de las pistas. Cosas que se van soltando a lo largo de la narración, en ocasiones parecen incluso intrascendentes y más adelante, cuando es otro personaje quien narra aquel momento, encuentras la explicación en aquello que páginas atrás se te contó como si fuera algo sin importancia. Hay a quien no le satisface que estas cosas aparezcan, porque le da la sensación que son repeticiones de lo mismo, por contra a mí me encanta que todo vaya casando.
Otro aspecto que puede considerarse un poco "tramposo" de la trama es que, cuando está investigando, Marcus Goldman lo tiene todo a su favor de forma que casi no encuentra restricciones a la hora de acceder a la información. La policía no sólo comparte los aspectos confidenciales de la investigación sin ningún pudor con alguien que no tiene nada que ver con el cuerpo y simplemente investiga de forma privada, si no que todos los habitantes del pueblo están dispuestos a hablar, contar sus intimidades o airear sus trapos sucios.
Por último, me ha gustado bastante el contrapunto humorístico, sobre todo centrado en el matrimonio formado por Robert (Bobbo) Quinn y su esposa Tamara, algunas situaciones entre ellos, son muy divertidas por lo irónico.
En definitiva, una novela larga, bien construida, que se lee con avidez por llegar al final y conocer la verdad sobre un caso que desde su aparente sencillez, ha ido alcanzando un alto grado de complejidad en el que nada, ni nadie, resulta ser lo que parecía; una lectura que engancha y que gracias a esos giros de los que hablábamos, no resulta predecible.
La leí hace más de un año y es tal cual la analizas.
ResponderEliminarEn ocasiones desespera porque da vueltas y más vueltas a nuevas pistas de la trama y parece que no conduce a nada.
Lo más valioso, a mi parecer, es el análisis que el autor hace sobre las dificultades de hallar argumento para escribir un libro y sus meditaciones sobre el trabajo literario diario.
Ese asunto que mencionas, el llamado síndrome de la página en blanco y los manejos de las grandes editoriales con los escritores de best sellers, están bastante bien tratados.
EliminarUna novela policiaca muy buena. A veces se pierde uno cuando empieza a investigar pistas, pero que no desmerece en absoluto. Prueba de ello que fue superventas mundial. Esperemos que la película que se está haciendo siga en la misma linea.
ResponderEliminarA un voto de obtener el Goncourt se quedó.
Eliminar